Bernardo O’Higgins es la arcilla que conformó la patria que se llama Chile. A él los mayores aedas le han cantado. Pablo de Rokha, Neruda, Mistral, Óscar Castro, Nicanor Parra, Roberto Meza Fuentes, Fidel Sepúlveda Llanos, Ángel Cruchaga Santa María, Andrés Sabella, Sara Vial y muchos más.
Alucinador, con lenguaje verbal suelto, rápido, sencillo, será el gran Nicanor Parra quien hará un “Himno a Bernardo O’Higgins”:
“Cantemos, jóvenes de Chile,/ Himnos de gloria al vencedor/ Que en Chacabuco y en Rancagua/ Como chileno se batió// Gloria a Bernardo O’Higgins, gloria,/ Que la patria libre nos legó:/ Marea fácil al marino,/ Grano feraz el labrador// ¡Gloria al soldado más valiente,/ Gloria al mejor gobernador/ Que en los cimientos de la patria/ Puso una piedra como un sol.// Blanca es la cumbre de Los Andes,/ Azul la casa del señor/ Y con la sangre del valiente/ Forman el patrio pabellón.// Y no olvidemos la triunfante/ Consigna del Libertador:/ Que entre una vida con cadenas/ Vale más muerte con honor”.
Cuando señala Nicanor Parra a O’Higgins como el “soldado más valiente” no hace otra cosa que reiterar el pensamiento de San Martín, quien, retirado ya de las luchas separatistas, consultado por quien era el hombre más valiente que había conocido en la gesta emancipadora de América latina señaló: “Bernardo O’Higgins”.
A su vez, Roberto Meza Fuentes –líder estudiantil de la FECH en los años en que las tribus de Sanfuentes invadieron la sede estudiantil (1920), provocando la tortura y muerte del poeta Domingo Gómez Rojas-, dirá del prócer –casi al final de su largo poema “Treinta y seis barcos sobre el mar”:
“O’Higgins sueña en Las Canteras./ Siente y presiente Montalbán./ Otro titán llorará un día:/ “Hemos arado sobre el mar”.
Óscar Castro señalará en su “Romance de la plaza de los héroes” lo siguiente:
“Está la plaza partida/ por una cruz de dos calles./ En medio Bernardo O’Higgins/ galopa, bronce y coraje”.
Será Fidel Sepúlveda Llanos quien, al igual que Neruda, piense que el héroe ha sido traicionado por la descontinuación de su proyecto libertario:
“Con tu O’Higgins recortado/ repatriado, despatriado,/ no de a peso/ sino a veinte./ Hacen su agosto/ con tu veinte,/ tan angosto/ tan angosto/ como el Chile que encendiste”.
Otros poetas que han cantado al prócer han sentido la cadencia de su estatura libertaria.
De allí que aparte de Chile, Perú y la Gran Colombia lo hayan considerado como un soldado suyo y le hayan dado los más altas condecoraciones.
No por nada Simón Bolívar se deshizo de su espada personal –en Lima- para entregarla al héroe chileno. Ambos se confundían en una amistad férrea, la misma que San Martín profesaba a nuestro Libertador. No por nada O’Higgins fue el predilecto de Francisco de Miranda, gestor intelectual de la lucha independestista de nuestras naciones.
El resto es historia. Los grandes poetas han interpretado toda su grandeza. Esa misma que Gabriela Mistral pedía para el prócer: Amar al héroe en toda esa dimensión.
Fuentes:
1.- “Las Efemérides al servicio de la educación”, Pedro Ramírez. Edit. Nascimento.
Santiago, Chile. 1968.
2.- “Las Alas del Fénix”, Óscar Castro. 1943.
3.- “Cinco Romances de la Patria”, Roberto Meza Fuentes. Edit. Universitaria, Santiago, Chile. 1954.
4.- “Geografías, poemas y por navidad autosacramental”. Ediciones Nueva Universidad. Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile. 1974.
5.- Escritos del profesor universitario Alejando Witker en un folleto sobre O’Higgins.