Mercado del Suelo en Talca Post terremoto: La oportunidad ciudadana

Mercado del Suelo en Talca Post terremoto: La oportunidad ciudadana

21 Mayo 2010
El Foro organizado por la Escuela de Líderes de Ciudad, puso de manifiesto la importancia de la organización social para buscar soluciones específicas para quienes han perdido sus viviendas
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El estado de emergencia no se ha terminado. Muy por el contrario, el nivel de daño en Talca, aún no visibilizado en su real magnitud, demanda en forma urgente un discurso público respecto del derecho a la ciudad y la tarea colectiva de reconstruir a “escala humana”.
A eso apuntó el foro realizado ayer (jueves 20 de mayo) denominado: “El mercado del suelo en Talca post-terremoto: Especulación, derecho a la ciudad y alternativas de reconstrucción”, organizado por la Escuela de Líderes de Ciudad (ELCI), proyecto impulsado desde el año 2003 por SUR Corporación y el Centro de Estudios SURMAULE.

“Nosotros estamos hace ocho años en esta ciudad discutiendo el fenómeno de la ciudad que crece, se desarrolla, tiene organizaciones, etc. Este foro viene a coronar esa trayectoria y no podíamos estar ausentes para decir cómo creemos que debe ser el proceso de reconstrucción. La ELCI cumple un rol técnico, de generación de conocimiento y lo pone a disposición de la ciudadanía. Es la ciudadanía quien debe hacer con ese argumento una bandera de discusión con las autoridades que correspondan” aclara Patricia Boyco Chioino, de SUR Corporación.

El foro permitió entregar datos sobre los daños presentados en la ciudad. Talca es una de las ciudades con mayores estragos tras el terremoto, con un 20% de su superficie comprometida, donde quince de sus barrios tradicionales tienen daños al menos en el 40% de sus viviendas, llegando algunos al 80 por ciento. Cifras que, en el marco de este foro, entregó la arquitecta y miembro del quipo ELCI, Alejandra Salas, quien puso en evidencia lo irrefutable: la composición social de los barrios se ve, irrevocablemente, transformada luego del terremoto. Sólo en barrio Santa Ana, un catastro extra oficial (no municipal) arroja una cifra de un 40.6% de las viviendas a demoler. Para la titulante de arquitectura Karen Figueroa, quien realizó un catastro propio en ese barrio, el capital social es todo lo que tenemos. La fuerte identidad de sus habitantes con el lugar, su comunidad organizada, es la mejor arma para no transformarse en un “monstruo” urbano, donde los ciudadanos no tienen mayor incidencia en las soluciones diseñadas.
MODELO DE INTEGRACIÓN SOCIAL
Una propuesta para el destino de este suelo es la que hace la organización RECONSTRUYE. Un grupo de profesionales que sin fines de lucro, se encuentra trabajando en diversos puntos del país prestando asistencia técnica a los afectados, para colaborar en un “proceso de reconstrucción eficaz, justo y sostenible”. Frente a un escenario post terremoto de destrucción del centro, RECONSTRUYE se pregunta cómo recuperar los barrios sin que sus habitantes sean expulsados a la periferia y cómo las familias pueden capitalizar sus inversiones. La respuesta: Una gestión integral de la vivienda, enfrentando el proceso de reconstrucción de manera colectiva, que tenga como base la capacidad de las personas de relacionarse, generando plusvalía en sus barrios. “El planteamiento parte de la base de que las personas pueden acceder a un subsidio pero que, de manera individual, no pueden recuperar su patrimonio de la manera que lo tenían antes. Sin embargo, existe el Subsidio de Integración Social, que implica que se puede tener acceso a viviendas por Fondo Solidario, o DS40 para quienes tienen capacidad de crédito. El planteamiento es que se junten los propietarios de los terrenos, en alianza con quienes no lo tienen (allegados, arrendatarios, etc.) y formen una institucionalidad que los organice, ya sea una cooperativa, una comunidad, un acuerdo de trabajo u otro, y con eso se plantee un proyecto que pueda ser sujeto de este subsidio de integración social, generando además plusvalía, es decir, otras estructuras que se puedan vender, para tener dinero y subirle el estándar a ese espacio habitacional” explican Nicolás Rebolledo y Patricio Pinto, miembros del equipo RECONSTRUYE.

Lo anterior ya se ha materializado con la intervención del Centro de Estudios Surmaule y su Programa de Apoyo a Barrios. “Estamos trabajando en siete barrios de la ciudad en forma inicial, y ya contamos con dos comités de personas sin tierra, quienes en alianza con quienes sí son propietarios, están dispuestos a buscar este tipo de soluciones integradas”, indicó Francisco Letelier, sociólogo y coordinador de la ELCI.
Hay que considerar cuatro puntos importantes en esta propuesta. Lo primero es que el modelo de reconstrucción sostenible es posible de implementar. Lo segundo, es que este modelo de gestión se debe inventar caso a caso, ya que es propio de cada lugar. Otro punto es que, dado lo anterior, los modelos son largos, se demoran en ser implementados, y finalmente, que las personas son las que deben hacerse cargo y ser protagonistas del proceso.

Al foro asistieron también Pedro Poblete, Presidente de la Junta de Vecinos Barrio Seminario; José Luis Gajardo, Presidente del Colegio de Arquitectos de la Delegación Maule, y Rodrigo Salcedo, Sociólogo y Doctor en Ciencia Política de la Universidad de Illinois; quienes coincidieron en la importancia de permanecer en los barrios y buscar soluciones integradas. “Para lograr este modelo ciudadano de reconstrucción, se requieren capacidades técnicas al servicio de la comunidad organizada y la voluntad ideológica y política para llevar a cabo el proceso (…) No bastan las voluntades de las personas. Aquí se necesita hegemonía cultural y política. Convencer a las universidades, a los políticos, a las comunidades, porque si no tienen respaldo, vamos a tener sólo soluciones aisladas”, aseguró el sociólogo, en una conclusión que apunta a la capacidad de instalar –en primera instancia- un discurso público sobre una forma de hacer ciudad, que de paso a modelos específicos, de baja densidad, que tengan la suficiente fuerza para abordar un proceso participativo, de largo plazo, pero que entregue soluciones reales post Terremoto.
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