Claro que deben haber personas que exprimen las casos más allá de su frontera material, esa persona es un poeta o una poeta. Bajo este austero argumento, potencialmente poetas podríamos ser todos. Pero la acción sensible de este modo de observar, que nos permite entrar en las cosas (también hechos y personas) no estamos dispuestos -la gran mayoría- a curtir la visión, a detenernos en lo simple o ni lanzarnos al cuello de este Goliat y todos los otros Goliat que a partir del temor, y el quebrantamiento solapado de nuestra voluntad nos hacen bailar su baile único.
Cómo, entonces, los poetas no van a ser escazos.
OX