Crítica literaria: "El Arte de la Resurrección" de Hernán Rivera

10 Agosto 2010
Hernán Rivera, autor nacido en Talca, pero que desde su infancia se instaló en el norte de nuestro país, logra nuevamente hacer un retrato de la cultura del salitre, a punto de desaparecer. Por Gabriel Rodríguez.
Gabriel Rodríguez >
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El “Cristo de Elqui”, personaje real o mito urbano, fue instalado como tema literario por Nicanor Parra a fines de los setenta. Su carácter de predicador auténticamente popular y consecuente con la pobreza radical que exige el evangelio, permite un discurso rupturista y cuestionador de las verdades aceptadas por la sociedad de consumo.

Con “El arte de la resurrección” Hernán Rivera Letelier traslada al personaje a su mundo de salitreras, al paisaje surrealista del desierto más grande del mundo. Oficina tras oficina, predica tras prédica y seudo milagro tras seudo milagro, el Cristo de Elqui persigue el amor de una bella prostituta, joven creyente y amante de la virgen, llamada Magalena Mercado.

La mayor parte de sus aventuras ocurren en la oficina “El Piojo”, una de las más pobres de la pampa y que se encuentra en huelga. Odiado y reverenciado, el Cristo pobre y demasiado humano, sufre todo tipo de vejaciones a manos de los guardias contratados por el gringo dueño de la calichera. Lo mismo ocurre con Magalena, quien intenta defenderlo y solidariza con lo obreros en huelga, ofreciendo a crédito sus favores, mientras dure el movimiento.

Hernán Rivera, autor nacido en Talca, pero que desde su infancia se instaló en el norte de nuestro país, logra nuevamente hacer un retrato de la cultura del salitre, a punto de desaparecer. Personajes inauditos, que arrastran sus dramas y sus esperanzas en medio de ese mundo insólito, son parte de esta novela que mereció el Premio Internacional Alfaguara, uno de los más preciados y mejor dotados.

Reconozco que inicie la lectura con algo de escepticismo sobre la capacidad del autor de construir una nueva historia sobre un paisaje tan explorado en todas sus obras anteriores. Para mi sorpresa, el personaje y el relato son capaces nuevamente de cautivar, a pesar que muchos giros y lugares resultan conocidos para quienes hemos seguido la carrera de este escritor, formado en las oficinas de la pampa y alejado del mundo académico.

Un Cristo de Elqui escaso de milagros, pero milagrero de pasiones y situaciones muy humanas, capaz de mantener muy viva su leyenda y su paso por las calicheras, para repartir a tiempo y a destiempo, su palabra en bien de la humanidad.

Comentarios

Imagen de San Juan

aprende a escribir primero

aprende a escribir primero

Imagen de ykemo

deben de quedarme ...30

deben de quedarme ...30 paginas... del libro...

me parece divertido... con la simpleza de Rivera Letelier...

Lo único que sé, es que me río solo en la cola del banco o el pago del agua y hasta en la micro...cuando estoy en su lectura.

Bueno encontrarte por acá Gabriel....

Imagen de Gabriel Rodríguez

Hace mucho tiempo aprendí

Hace mucho tiempo aprendí que esconderse tras seudónimos y nombres falsos es simple cobardía. Polemizar con tales personajes es inconducente y sólo rebaja el debate.

Imagen de Oscar Palma V

Profe.....necesito la lista

Profe.....necesito la lista de tus libros para leerte, por favor como sabes si te postulamos al Nobel

Imagen de Juan José Alfaro

El "Profe de literatura",

El "Profe de literatura", más parece la versión pirata de un crítico que esconde en las sombras, le falta mucha valentía, además de lo básico, que es la comprensión de lectura y escribir bien.

Gabriel hace un trabajo que merece todo mi respeto, comentarios de baja calaña no deben tener espacio.

Imagen de Oscar Palma V

Sr Editor,hasta cuando

Sr Editor,hasta cuando acepta comentarios con pseudónimo que en nada enriquecen el debate?.Deberia exigir nombre y rut de cada comentario para que cada uno se haga responsable de lo que dice o del nulo aporte que hace.

Imagen de Profe

FIJENSE COMO ESTE

FIJENSE COMO ESTE COMENTARISTA DE DIA DOMINGO MIRA A LA GENTE PA?ABAJO, COMO SI EL TUVIERA UNA GRAN CULTURA :

"Reconozco que inicie la lectura con algo de escepticismo sobre la capacidad del autor de construir una nueva historia sobre un paisaje tan explorado en todas sus obras anteriores. Para mi sorpresa, el personaje y el relato son capaces nuevamente de cautivar, a pesar que muchos giros y lugares resultan conocidos para quienes hemos seguido la carrera de este escritor, formado en las oficinas de la pampa y alejado del mundo académico".

CONOCIENDO LO QUE ESCRIBE GABRIEL RODRIGUEZ, PODEMOS DECIR QUE COMO ESCRITOR O COMENTARISTA NO TIENE DEDOS PAL PIANO.

PROFE DE LITERATURA