Hoy fui al Hogar de Ancianos "María Olga Tuñón de Barriga", de la Fundación Las Rosas, que se encuentra en el 8,5 del camino a Los Niches. Allí viven 72 abuelitos que no tienen la posibilidad de vivir solos, alimentarse y pagar por sus medicamentos.
La hermana Aparecida Herreiro, directora del hogar, me mostró las instalaciones y pude conocer a la mayoría de los abuelos residentes.
La verdad es que el lugar encuentra muy buenas condiciones y como me contó la hermana Aparecida, la mayoría de las personas que visitan el lugar preguntan qué pueden necesitar estos abuelos si viven en un lugar tan bueno como ese. Yo les digo que se necesitan muchas cosas.
Estando allá entendí que ellos necesitan muchos más que un lugar donde dormir, camas, o comida. Primero que todo, el hogar necesita dinero para poder pagar todos los gastos que tienen, para comprar alimentos, remedios, pagar a las enfermeras y kinesiólogos, entre otras cosas.
El costo mensual de atención de un anciano varía entre los $175.000 para los autovalentes y los $250.000 para los abuelos que se encuentran postrados.
Pero además del dinero que puedan necesitar, está el voluntariado; personas que vayan hasta el hogar para acompañar a los abuelos, ya que por lo que pude ver, pasan la mayoría del tiempo sentados y mirando hacia la ventana.
No se necesitan actividades muy producidas para entretener a los ancianos, el hecho de ir allá y pasear con ellos o llevar lápices para pintar con ellos, es algo que valorarán mucho. También se puede ayudar de manera un poco más práctica, como un peluquero que vaya una vez al mes a cortarles el pelo, o una persona que vaya a coser la ropa y lo botones que se salen.
Ellos no necesitan mucho para ser felices, y pasar un tiempo acompañándolos, lo valorarán mucho más que una gran producción de actividades.