A sembrar combustibles se ha dicho!!!

En el marco del primer Seminario Internacional sobre Agroenergía y Biocombustibles de Chile, realizado en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en Santiago, el Representante Regional de la FAO, señor José Graziano da Silva, ofreció las siguientes reflexiones con respecto a las características, el futuro y la importancia de esta nueva fuente energética para América Latina y el Caribe.
La explosión de costos en la matriz de energía, si bien por un lado genera tensión en diferentes cadenas productivas, inyecta simultáneamente un soplo de competitividad en las fuentes de combustibles renovables.
La principal de ellas es la agroenergía, y no por casualidad el tema de este Seminario es fomentar su desarrollo entre los Gobiernos de América Latina y el Caribe, en este evento que la FAO tiene el honor de organizar en colaboración con el Gobierno de Chile.
La idea de que nuevos combustibles puedan ser "sembrados" en los campos, en vez de ser extraídos del subsuelo, indica una transformación estructural amplia y profunda. Ella exige que gobiernos, autoridades e investigadores renueven su mirada, sus agendas y evaluaciones sobre el futuro del espacio rural.
En el caso de los países del Cono Sur, esa inflexión ocurre en un momento particularmente receptivo a las grandes transformaciones, porque coincide con un escenario político de fuerte sintonía entre liderazgos que comparten ideas de integración económica y complementariedad estratégica.
Además de esa convergencia cambiante, las transformaciones en marcha abren también un horizonte social inédito, que podrá revelar nuevas fronteras de generación de empleo y renta para los pequeños y medianos productores agropecuarios. Viejos cultivos en regiones de bajo dinamismo, como el caso de la higuerilla (Ricinus communis L.) o mamona en el semi-árido brasileño, están siendo revitalizados por la emergencia de nuevos combustibles como el biodiesel. Poblaciones hasta ahora consideradas como marginales en cuanto a su desarrollo pueden ganar un nuevo pasaporte para el futuro.
Pero un mercado cada vez más codiciado como el de la bioenergía, sólo dejará de ser oligopólico si es inducido y dirigido por políticas públicas innovadoras y determinadas, que garanticen el acceso de los pequeños a las nuevas tecnologías.
Si la transición energética introduce una sombra de incertidumbre en otras regiones del mundo, en nuestro caso, la abundancia de tierras, el clima, la experiencia acumulada, la disponibilidad de mano de obra y la cooperación creciente entre gobiernos, abren una oportunidad única para hacer de la agroenergía el pilar de un proyecto de futuro que reconcilie las demandas no atendidas en el pasado, con las potencialidades inmensas del futuro. En especial, para el espacio rural y sus habitantes.
Ese nuevo modelo de desarrollo rural necesita ser multiplicado y perfeccionado a escala continental -tarea que requiere de un esfuerzo de cooperación regional, que tiene en la FAO, desde ya, un aliado preparado para servir y sumar."
Foto: Fernando Reyes
Fuente: Diario del Agro