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Siendo de espiritu concertacionista, la conducta de estos diputados, provocan en uno un cuestionamiento, a lo menos, de donde o a quien estoy apoyando.

Da verguenza ajena, y hace pensar que estos parlamentarios no han aprendido nada de la última elección presidencial, donde el pueblo, o los votantes, nos mostraron que habían cosas que no se estaban haciendo bien. Y esta conducta es una de esas cosas, o causas, por las que se eligió una opción distinta.

Es un pobre espectáculo el que dan, pues, si bien la huelga cumple 2 meses, el problema se arrastra desde hace mucho tiempo.

Mal por ellos, y mal por los que apoyan este tipo de comportamiento. Estamos en democracia.