Hace algunos años, un trabajador cavaba un gran hoyo en un terreno, empleando para ello una pala. Cuando terminó, empezó a trasladar la tierra extraída con la misma pala, a otro terreno distante 100 metros. Para ello, llenaba su pala, se la subía al hombro, caminaba los 100 metros, vaciaba la pala, y caminaba los 100 metros de vuelta para volver a repetir el ejercicio una y otra vez. Veía esto un señor que sabía algo más de tecnología, y le enseñó que el traslado de la tierra podía ser más eficiente si para ello utilizaba una carretilla, artefacto totalmente desconocido hasta entonces por el trabajador. Fácilmente lo convenció que en cada viaje podría trasladar un volumen de tierra equivalente a numerosas palas. Feliz el hombre, tomó la pala y con ella empezó a llenar su carretilla nueva. Cuando terminó, tomó la carretilla, SE LA SUBIÓ AL HOMBRO, caminó los 100 metros con ella a cuestas y vació su primera carga.
No es llegar y usar las nuevas tecnologías a tontas y a locas. Cada nueva tecnología implica innovaciones en el modo de hacer las cosas, de solucionar nuestros problemas. No basta seguir haciendo lo mismo de lo mismo con las nuevas tecnologías. No fueron diseñadas para eso. Pienso que en este caso, los recursos siempre escasos, debieran emplearse en "alumbrar" escuelas, sectores rurales, espacios públicos municipales y cerrados para este efecto, oficinas públicas, etc. Alumbrar las plazas es llevar la carretilla al hombro: sirve, pero a un costo que bien valdría la pena pensar dónde ultilizarlo con mejor rendimiento.
Hace algunos años, un
Hace algunos años, un trabajador cavaba un gran hoyo en un terreno, empleando para ello una pala. Cuando terminó, empezó a trasladar la tierra extraída con la misma pala, a otro terreno distante 100 metros. Para ello, llenaba su pala, se la subía al hombro, caminaba los 100 metros, vaciaba la pala, y caminaba los 100 metros de vuelta para volver a repetir el ejercicio una y otra vez. Veía esto un señor que sabía algo más de tecnología, y le enseñó que el traslado de la tierra podía ser más eficiente si para ello utilizaba una carretilla, artefacto totalmente desconocido hasta entonces por el trabajador. Fácilmente lo convenció que en cada viaje podría trasladar un volumen de tierra equivalente a numerosas palas. Feliz el hombre, tomó la pala y con ella empezó a llenar su carretilla nueva. Cuando terminó, tomó la carretilla, SE LA SUBIÓ AL HOMBRO, caminó los 100 metros con ella a cuestas y vació su primera carga.
No es llegar y usar las nuevas tecnologías a tontas y a locas. Cada nueva tecnología implica innovaciones en el modo de hacer las cosas, de solucionar nuestros problemas. No basta seguir haciendo lo mismo de lo mismo con las nuevas tecnologías. No fueron diseñadas para eso. Pienso que en este caso, los recursos siempre escasos, debieran emplearse en "alumbrar" escuelas, sectores rurales, espacios públicos municipales y cerrados para este efecto, oficinas públicas, etc. Alumbrar las plazas es llevar la carretilla al hombro: sirve, pero a un costo que bien valdría la pena pensar dónde ultilizarlo con mejor rendimiento.