Comprando tortas curicanas en el sector de la estación de trenes y terminal de buses de Curicó un reconocido ex pugilista y hoy vendedor de tortas me comenta sobre los cambios que han experimentado el sector y los curicanos. En verdad, es así.

El terremoto del 27 de febrero de 2010 destruyó la estación de ferrocarriles, lugar patrimonial de la ciudad. Ésta en la actualidad es una casa-habitación habilitada con oficina con boletería e información sobre horarios y valores de pasajes. Algo muy distante al pasado de la estación bullente de actividad y símbolo de modernidad para la ciudad.

Inaugurada durante el gobierno de José Joaquín Pérez en 1868 fue un lugar importante para la sociedad curicana. Ir a “ver pasar el tren” y “comprar tortitas curicanas” era lo que distinguió por mucho tiempo a la estación. Era lugar de encuentro de personas de distintas condiciones sociales, edades y propósitos.

Bajo el gobierno de Anibal Pinto en 1877 se inaugura el tramo del tren de Curicó al Sur. Los trenes en esa época a vapor, reabastecían agua para sus calderas y los pasajeros -tras horas de viajes- aplacaban el hambre comiendo las famosas tortitas hechas por la señora Cristobalina Montero, así aparece una de las tradiciones más conocidas de la ciudad. Las “palomas”, extintas mujeres vestidas de blanco, vendían tortas agitando sus pañuelos, ofrecían sus productos a quienes pasaban por la estación. Se cuenta más de alguna anécdota de algún connotado personaje público que pasó por la estación y compró las apetecidas tortitas. También, se comercializaban tortillas y huevos duros para el viaje.

Desde la estación nacía el ramal Curicó - Hualañé conocido como el ramal del Mataquito, inaugurado en 1912 siendo puesto al servicio de pasajeros y traslado de diversos productos agrícolas a Curicó. En 1938 el ramal llega a Licantén.

Debido al contexto económico y social de la época la Empresa de Ferrocarriles del Estado decide en 1977 suspender el funcionamiento del ramal. Así la estación comienza a perder su dinamismo.

La estación de Ferrocarriles de Curicó era un edificio arquitectónicamente de influencia racionalista, poseía un diseño geométrico que conservaba lo esencial, lo práctico y funcional. Por muchos años tuvo una techumbre de cerchas metálicas sustentadas por pilares de pino oregón para resguardar sus andenes, la cual fue reemplazada por una estructura metálica apoyada en pilares de hormigón en 2009, sufriendo daños irreparables por el terremoto de 2010, siendo como consecuencia demolido.

Sin duda la estación de ferrocarriles de la ciudad es pasado, así como algunos de sus personajes como los cocheros, vendedores ambulantes, suplementeros, el jefe de estación, maquinistas, palomas, entre otros.