Luego de la fecha libre, Rangers volvía a jugar de local en lo que se esperaba sería una jornada tranquila ante un rival absolutamente abordable, una semana más de trabajo para el técnico Rivero que debía plasmarse en un idea de juego, pero ninguna de las presunciones ocurrieron, el rojinegro tuvo un partido negro, un juego abúlico, un equipo sin alegría, un partido triste de principio a fin.

Víctor Rivero llegó con la misión de encaminar una campaña que venía con muchos ripios, sobre todo en materia ofensiva, lamentablemente la orfandad ofensiva sigue más viva que nunca, a lo que se le ha sumado una inseguridad defensiva que no exhibía Rangers, lo que dibuja un panorama poco auspicio para lo que viene, si él técnico encuentra la cuerda que lo saque de este pozo.

Barrera estuvo acompañado por Albornoz en la contención en una actuación particularmente imprecisa, que dejaba un forado a las espaldas de los centrales rojinegros, que debían correr de espaldas al arco para amagar las arremetidas papayeras que eran escasas, pero efectivas. Tanto así que un inofensivo lateral por la banda izquierda del costado norte, se transformó en la apertura de la cuenta cuando ni Soto, ni Sotomayor pudieron detener el centro la segundo palo que capturó Cerezo para rematar suave al palo izquierdo de Assef que poco pudo hacer, minuto 6” y de la tarde tranquila no había noticias.

Cuesta descifrar la propuesta de Rivero, no porque carezca de un esquema, sino por lo poco efectivo del mismo, con jugadores que exhiben un rendimiento muy por debajo de sus posibilidades, tan marcado este declive que en media hora de juego Rangers no remató al arco. El empate llegó en una jugada aislada de Orellana que batalló un balón para desbordar por izquierda y lanzar un centro que fue capturado por Campos en el segundo palo. Empate inmerecido, pero necesario para lo que veía. Con el 1 a 1 se fueron al descanso.

Segundo Tiempo

José Pérez ingresó en reemplazo de Albornoz, que no cumplió ni como creador, ni como recuperador, el ingreso del volante le dio una nueva tesitura al medioterreno, pero aún no alcanzaba para trascender en la faceta ofensiva, donde Sergio Comba se está trasformando en un punto de referencia más que en el finiquitador de jugadas, con abuso de centros que no llegan a destino.

El arquero papayero tuvo una jornada tranquila, Rangers no hacía daño, el ingreso de Rojas como segundo referente de ataque no aportó nada, más que la acostumbrada obsesión de pedir faltas a favor. En su cabeza tuvo el empate, pero elevó frente al arco de manera dramática.

La visita se había puesto en ventaja luego de un tiro de esquina, pivoteo al primer palo que fue aprovechado en el segundo por Aquino, que solo tuvo que empujar el balón para alejar aún más a Rangers del ascenso.

Último partido de Rangers en el Fiscal en el presente año, que dejó un sabor de boca muy agrio, y que demanda una segunda rueda casi perfecta, sí es que el objetivo de principio de campaña sigue vivo en el seno del plantel piducano.