Por Báltica Cabieses
Investigadora
Programa Estudios Sociales en Salud
Universidad del Desarrollo

A propósito del día de la eliminación de la discriminación racial -este 21 de marzo-, un grupo creciente en nuestro país corresponde a migrantes internacionales. Acercándose al 3% de la población total en Chile, se estima esta comunidad en torno a las 550.000 personas.

Según estimaciones de la encuesta CASEN 2013, existirían en Chile alrededor de 64.000 niños migrantes entre 0-18 años, en contraste con cerca de 4,5 millones de niños chilenos en el mismo rango de edad. Según esta encuesta, un 12% de niños migrantes entre 0-14 años no tendrían ninguna previsión de salud (versus 1.2% en niños chilenos) y habría una mayor proporción de niños de 15-18 años que se retiran del sistema educacional (19.5% en niños migrantes versus 13.1% en niños chilenos); la principal razón reportada por padres o cuidadores de estos niños es que deben salir a trabajar.

Según datos de egresos hospitalarios del 2012, llama la atención la mayor proporción de egresos en menores de un año y hasta los seis años por accidentes, traumatismos y causa externa, que son posiblemente prevenibles si se modifican condiciones del hogar y del cuidado de los mismos.

En conocimiento de esta evidencia, es urgente dar prioridad a una política de migrantes, y en particular a una política de salud de migrantes, que visibilice y resuelva los desafíos de vida y salud de esta población, en conciencia de la protección de vida de los niños que habitan nuestro territorio, incluyendo nuestros niños migrantes.