Me lo contó alguien que bien conozco. Me habló de su esposa y me dijo que cuando llegaba a casa se tumbaba en el sofá. Él, con una aparente lógica, se quejaba a su vez de su esposa porque no le dejaba descansar. Descansar después de un día de trabajo, aguantando a unos y a otros. La queja del personaje parece lógica, aunque no tanto, porque su mujer, de lo que estaba quejosa, era que en realidad su marido era un hombre sin aspiraciones. No luchaba por algo que hiciera de él alguien.
Comentario.A veces discutimos por un sofá, cuando el sofá es solamente un símbolo. Seamos abiertos en nuestro diálogo. No ocultemos una verdad perdida.
Me lo contó alguien que
Me lo contó alguien que bien conozco. Me habló de su esposa y me dijo que cuando llegaba a casa se tumbaba en el sofá. Él, con una aparente lógica, se quejaba a su vez de su esposa porque no le dejaba descansar. Descansar después de un día de trabajo, aguantando a unos y a otros. La queja del personaje parece lógica, aunque no tanto, porque su mujer, de lo que estaba quejosa, era que en realidad su marido era un hombre sin aspiraciones. No luchaba por algo que hiciera de él alguien.
Comentario.A veces discutimos por un sofá, cuando el sofá es solamente un símbolo. Seamos abiertos en nuestro diálogo. No ocultemos una verdad perdida.
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