No cabe duda que se trata de una edad madura, los 20 es el comienzo, la entrada a la madurez, los 30 estupenda, ni en la total juventud, ni en la total madurez, y por qué no decir que la de los 40 es Perfecta, aunque hay algunos que la relacionan con una crisis existencial. Los que estamos cerca o los que ya pasamos y seguimos solteros, no entendemos exactamente lo que sucede en esta etapa, del por qué aún seguimos solteros, si ya hemos vivido la mayor parte de la vida, hemos conocido y aprendido de la experiencia y de las personas que han estado con nosotros, supuestamente somos personas agradables físicamente, somos buenos hijos, excelentes amigos, cada vez nos preparamos y aprendemos más, somos profesionales, independientes, a veces codiciados por los del sexo opuesto, ya sean de más o menos edad, somos de todo gusto, entonces ¿qué sucede si somos un buen partido?, ¿por qué seguimos solteros?, ¿por qué llevamos una vida de fracasos amorosos?
Será por la sencilla razón que al relacionarnos con parejas o personas casadas, escuchamos sus experiencias y no han sido de lo mejor, será porque la mayoría de nuestros pares están o han pasado por el trámite y mala experiencia de la separación, será porque hemos visto o vivido muchos conflictos matrimoniales en nuestros padres. Y al ver todo esto lo relacionamos con un “siempre es lo mismo” y nos da temor comenzar algo que seguramente más adelante va a fracasar.
Es muy difícil creer que lo tuyo puede ser diferente, cuando el 80% de las parejas o personas que te rodean han vivido una mala experiencia matrimonial, uno está entre los 30 y los 40, sueles estar rodeada de amigas y amigos casados, quienes se empeñan en querer conseguirte una pareja, incluso aunque hayan comenzado o terminen contando por horas sus desgracias matrimoniales. Lo cual no es muy alentador. Es como un círculo vicioso que existe dentro de las relaciones amorosas, al final no sabes si lo que sientes es amor, aferramiento, costumbre, miedo a estar solos, o quizás nos asusta el pensar que nadie va a llegar y nos va a ser feliz como soñamos serlo.
A esta edad es algo difícil de saber lo que realmente se espera, ya que estás en busca de una relación seria, estable, en donde exista la madurez; necesitas a una persona que vaya, ojala, a la par contigo, sin importar si es más o menos, pero que esté en lo mismo que tú, tratando de encontrar lo estable, basado obviamente en la sinceridad, en el romanticismo, lo simpático, lo gracioso, aventurero y por qué no, en lo atrevido. Son tantos los factores que buscas en esta etapa, que ya hasta dudas que exista alguien que pueda querer o esperar lo mismo que tú.
Hay muchas razones para seguir siendo soltero, aunque hay “algunos” que no lo perciben de inmediato, muchos siguen soñando con el Amor de su Vida, vivir momentos inolvidables, únicos, y colorín colorado…, pero la realidad es muy distinta y los solteros lo sabemos muy bien, el sólo pensar fríamente, el que alguien más pueda llegar a invadir tu espacio, el tener que dejar tu privacidad, ya sea en tu casa, en el cuarto, en la cama, la cocina, el baño, es como un atentado, ya no tendrás tiempo sólo para ti, ahora todo es compartir y no es egoísmo, costumbre, ritmo y estilo de vida, o quizás temor a no ser capaz de acostumbrarte a dejar de estar solo. No lo sé, son tantas las preguntas, dudas y necesidades que se te vienen a la cabeza, que terminas por no pensar más allá y esperar sin esforzarte a seguir con tu vida, sin mayores cambios.
Estamos en una edad donde lo más importante es estar bien, fuertes emocionalmente y que en ocasiones aunque nuestro ego nos ponga barreras, pensar y darnos cuenta que quizás nosotros no estamos actuando bien, ya que convivir con la soltería es algo que elegimos nosotros mismos y nos adaptamos a diario con esta condición. Con sus ventajas, que generalmente divulgamos ante nuestras amistades casadas, o las desventajas que lloramos a solas en casa.
Es verdad que cuando asistimos a compromisos sociales, reuniones, fiestas, casamientos, cumpleaños, bautizos, comidas familiares etc., nos miran y nos envidian, lo que nos puede hacer sentir los reyes de la fiesta, como también nos pueden compadecer, y nos sentimos nerviosos, observados, incómodos, nos aburrimos y al otro día terminamos pegados a la cama sin ver luz alguna. Esto generalmente te lleva a querer dejar de juntarse con personas casadas o a habituar lugares o reuniones sociales en donde estén, porque las personas casadas se juntan con más parejas casadas, hablan de sus maridos o esposas, de la vida familiar, de cosas íntimas, etc., de cosas que al final terminan por no interesarnos y sentimos que no encajamos y a pesar de todo esto, es inevitable que sigamos asistiendo a las fechas importantes de nuestras amistades.
Aunque el seguir soltero tiene sus ventajas y desventajas, creo que debo rescatar y destacar que el estar “sola” o soltera, me ha permitido la maravillosa y gratificante experiencia de Amar a diferentes tipos de personas, en diferentes circunstancias y de distinta manera e intensidad, me he demostrado a mi misma que tengo vocación por el amor, la experiencia de explorar, me ha servido a sensibilizarme sobre lo que significa el compromiso y en parte, comprender la capacidad que todos poseemos de dar y recibir amor.