[Opinión] La noche que Dios murió

[Opinión] La noche que Dios murió

26 Abril 2017

Hendrix murió joven, pero eso mismo es lo que hace tan grande a Clapton: Eric es Dios con nosotros, no fue un flash, es un faro para los músicos más jóvenes, el fuego de Prometeo para los simples humanos.

Nicolás Ferreira >
authenticated user Corresponsal

Primero de octubre de 1966. El moreno se sube al escenario, trae una Stratocaster blanca, se conecta al amplificador del bajista. - ¿Tocamos Killing Floor?, dice dirigiéndose a Eric, guitarrista de Cream, y él asiente. El baterista marca la entrada. Jimi mata a Dios.

La noche en que Dios murió fue un evento clásico del Rock que dio como resultado el nacimiento del mito tras la figura de Jimi Hendrix. La historia cuenta de que Jimi se presenta al concierto de Cream, y con la ayuda de su manager -quien a su vez es un viejo amigo de la banda- consigue subir al escenario para desafiar al entonces conocido Dios de la Guitarra, Eric Clapton.

Hendrix rápidamente toma la iniciativa del duelo aumenta la velocidad de la canción elegida y comienza a despachar solos, escalas y piruetas nunca antes vistas por Clapton. El resultado fue que producto del golpe, éste último simplemente abandona el escenario sin decir palabras. Esa noche Hendrix mató a Clapton, esa noche Dios murió.

¿Qué hace un tipo como Clapton para salir del hades después en lo más alto del olimpo? Uno esperaría que un Dios caído hiciera todo para vengar la osadía. Denostar al Judas que después de darle la mano, se tomó el codo. Trabajar más duro, practicar, pulir, estudiar las debilidades del enemigo. Buscar un nuevo encuentro, buscar las ventajas comparativas, buscar el escenario propicio para limpiar el ego dañado. Pero no, Eric no es un Dios vengativo, es un Dios de comunión.

Slowhand (apodo que tenía antes de “God” y que quedo más vigente que nunca) lejos de buscar la confrontación con Hendrix, se hizo su amigo, muchas veces fue a ver sus shows y tuvieron una relación muy cercana de mutua admiración profesional. El mismo Clapton reconoció años más tarde que compró una guitarra Fender Stratocaster para zurdos con la intención de regalársela a Jimi, lo cual finalmente nunca pudo hacer, visto que la parca se llevó al moreno la noche en que iba a entregársela.

Por otro lado, Hendrix que era un reconocido admirador de los Beatles, nunca se le concedió un espacio para colaborar con ellos, mientras que el ex-Dios grababa el solo de While My Guitar Gently Weeps el año 68’ para el White Album. La historia también cuenta que Jimi luego se acercaría a Clapton y le regalaría un disco de BB King, con la leyenda “Recuerda que todo lo que hacemos tú y yo, BB King lo hace con tres acordes”. Años más adelante Manolenta se convirtió en uno de sus amigos más cercanos de BB King, para el milenio grabaron “Riding with the King” y tocaron como pares en infinidad de conciertos en donde públicamente el Rey agradeció todas las oportunidades que el inglés le entregó a él y muchos otros artistas en el mundo.

Claro, Hendrix murió joven, pero eso mismo es lo que hace tan grande a Clapton, Eric es Dios con nosotros, no fue un flash, es un faro para los músicos más jóvenes, el fuego de Prometeo para los simples humanos.

Todos lloramos la muerte de Cobain y Lennon, pero no agrademos que Grohl y McCartney sigan haciendo música e inspirando a las nuevas generaciones. Sin ir más lejos ¿Quién golpeó más fuerte al mundo, Hendrix con Vodoo Child o Clapton con Tears in Heaven?

Respetos infinitos para Jimi Hendrix, el Guitar Hero que mato a Dios una noche, pero Dios hay uno sólo y resucito para ser eterno.

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