La última tapada de Ezequiel

La última tapada de Ezequiel

21 Mayo 2016

La sorpresiva partida del capitán piducano Ezequiel Damián Cacace, me motivó a dedicarle algunas palabras a quien defendió nuestra camiseta con pasión.

Juan José Alfaro >
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Poco y nada conocíamos de Ezequiel Cacace hasta ese 5 de enero de 2011, cuando arribó hasta nuestra ciudad este portero argentino, que salía por primera vez de su país. La plaza Cienfuegos estaba atestada de hinchas que le daban la bienvenida a la nueva armada trasandina de los piducanos, un poco de asombro había en la cara de Ezequiel, que no imaginaba la pasión que genera Rangers en los talquinos.

Con el paso de los meses nos conoció y la empatía transformó su profesionalismo en identidad, la aventura que significó en un principio venir a Talca mutó hasta sentirse como en casa. Su liderazgo se impuso en el rectángulo y fuera de el, el ascenso a la división de honor terminó por coronar un cariño reciproco con la hinchada.

Por esas razones que las páginas en blanco se niegan a descifrar, no pudo continuar su carrera en el club como era su deseo, el estreno en primera división quedaba postergado hasta nuevo aviso. Pasaron tres años en que los parabienes de uno y otro lado de la cordillera mantuvieron viva una relación que marcó su carrera y por eso no extrañó su infinita alegría cuando volvió a vestir la camiseta de Rangers en 2014, “vuelvo donde siempre quise estar” manifestaba en su retorno, con la misma misión que en 2011, devolver a Rangers a la primera división.

El fútbol y sus vueltas de espalda regalaron un primer año más bien aciago, donde siempre destacó la solvencia de un meta, que cuando la estantería temblaba, su mano salvadora devolvía el equilibrio al arco rojinegro.

Fuera de los límites de los 90 minutos, su discurso público fue aún más potente que bajo los tres tubos, no era extraño verlo compartir con hinchas después de un entrenamiento, firmando camisetas a quien se lo pidiera, representando al club en actos solidarios, o grabando un emotivo video a un niño que sufría los costos de ser hincha de Rangers, “ser hincha de Rangers no es fácil” sentenciaba Ezequiel.

La simbología de un escudo a ratos la vivimos como una entelequia, con venas, pero sin sangre, quienes soportan verdaderamente el peso de la camiseta de Rangers, son profesionales de la valía de Ezequiel, por ello es que cuando los dirigentes dejan partir al portero, no solo encienden dudas sobre el futuro del club, sino que perpetúan la vocación por lo mediato, y para trascender se necesita mejor olfato.

Sus lágrimas en el último partido frente a Puerto Montt, no solo evidenciaban la frustración por no poder cumplir con el objetivo propuesto, quizás también anticipaban la despedida de una camiseta que tanto lo identifica, la jineta de capitán no pudo estar mejor representada que en el brazo de Ezequiel, gracias por entregar mucho más que lo necesario, jugadores como tú son los que trascienden la inmediatez de un torneo, son los que han hecho de Rangers la mejor herencia familiar, mucho éxito en tu nuevo destino, y espero que tu tercer arribo sea el definitivo.

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