Rangers y un empate para el olvido frente a San Felipe

06 Agosto 2017

En su debut como local solo pudo cosechar un punto el rojinegro tras igualar a 1. Decepcionante performance de un equipo que no camina.

Juan José Alfaro >
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La lluvia que cayó sobre Talca no solo alejó al público de las gradas del Fiscal, sino que hubo otro gran damnificado y fue el fútbol del local, un Rangers voluntarioso, pero inconsistente, sin una fisonomía que permita avizorar la propuesta de Guajardo y que terminó empatando a 1.

Al frente estaba Unión San Felipe, un conjunto que vino a especular, pero supo ser más efectivo que el rojinegro merced al contragolpe, por ese expediente llegó la apertura de la cuenta, pase profundo por izquierda del arco norte para Orellana, Guzmán que en un acto inexplicable sale a enfrentar al delantero y lo derriba en plena área, claro penal que el mismo delantero sirve, contiene el meta en primera instancia, pero en el rebote corrige su error y marca la ventaja para la visita en el minuto 10.

Rangers buscaba sus opciones en los pies de Rivera y en el voluntarismo de un Soza, que por la banda derecha del ataque talquino era el más activo de los once de Guajardo. Comba vivía un partido sin opciones, pobremente asistido como referente de área, debía mirar como el balón se perdía en centros sin sentido, o en interacciones de espalda al arco sanfelipeño.

José Pérez que a ratos acompañaba la creación del equipo se mostraba impreciso, perdiendo muchos balones en la salida, provocando que tanto Barrera como Iturra tuvieran que atrasarse para recuperar el juego. Tanto Ramírez como Díaz cumplían la tarea de asumir posiciones ofensivas por sus respectivas bandas, sin embargo la mayoría de sus centros o terminaban detrás del arco o en la cabeza de los defensores visitantes, Rangers no se creaba ninguna oportunidad de gol ya bien avanzado el primer tiempo.

Existe una clara falta de ambición en las huestes piducanas, por lo plasmado en el gramado queda claro que no se tiene como objetivo el ascenso, y habrá que conformarse con la ilusión de un futuro torneo que devuelva a Rangers al sitial que merece, y no se duerma en este acostumbramiento a la serie de plata. Con la ventaja del visitante se fueron al descanso.

Segundo tiempo

Mismo discurso, mismo resultado, no hubo cambio en la disposición de los piducanos, y la pared defensiva de la visita funcionaba a la perfección. Comba seguía naufragando y casi no participada del juego, el abuso del pelotazo desde la línea defensiva restaba cualquier posibilidad de juego asociado, arrestos individuales de Rivera no bastaban para alcanzar el empate. Soza seguía empujando el buque sin llegar a puerto, sus ganas de tener contacto con el balón lo hacían retroceder más metros de lo aconsejado, llegando sin fuerza al finiquito de la jugada.

El gol del empate fue más producto de una provechosa casualidad, que de una identidad de juego, Rivera que conecta un balón en el punto penal y remata potente, su disparo es despejado de la línea por un defensa, el balón es capturado por Soza que rebote mediante marca el empate para los locales.

Había 20 minutos para quedarse con el premio mayor, pero desde la banca no había un cambio de planes, la “fórmula sin forma” seguía al mando de un milagro que no llegaba. Nino Rojas se sumó al ataque en los últimos 10 minutos, pero su contribución fue escasa, tanto que fue sancionado con reiteradas faltas en ataque, aunque pudo vestirse de gloria en el minuto final cuando el travesaño devolvió su cabezazo.

Rangers tiene un listado grande de pendientes, y de no mediar una nueva forma de encarar lo que resta de torneo, serán más las decepciones que las alegrías.