El 70% del agua a nivel mundial es utilizada por la agricultura, según la Unesco. En Chile, las regiones del sur presentan la mayor huella hídrica agrícola del país, es decir, ocupan más agua que la industria. Según datos de Agronomía y Forestal de la UC, la región del Maule presenta una huella total per cápita de 2.389,3 m3, seguida por la Araucanía con 1.540 m3 y O’Higgins que llega a 1.370 m3, lo cual supera el promedio a nivel mundial, que alcanza los 907 m3 por habitante.

En este escenario, nace la iniciativa SuizaAgua Andina Chile, que consiste en medir la huella de agua de diferentes empresas en Chile para conocer su consumo específico de agua y de esa forma generar un impacto positivo en el entorno. Este es un proyecto ejecutado y coordinado por Fundación Chile, donde participan cinco empresas en Chile y que cuenta con el financiamiento del gobierno de Suiza a través de la COSUDE.

La huella hídrica es un indicador que define el volumen total de agua dulce que se consume para producir un bien o servicio.  El uso directo se refiere a la utilización de agua en la planta productiva para fabricar el producto específico. El uso indirecto trata sobre el agua usada para producir los insumos y energías que se utilizan para fabricar el producto en cuestión.

“Qué pasa si se acaba el agua”, se pregunta el gerente de Sustentabilidad de Fundación Chile, Juan Ramón Candia. El ejecutivo explica que “para la mayor parte de las personas en el país el agua siempre ha estado ahí, por tanto, es difícil reflexionar o imaginar que un día al abrir la llave no salga agua”. Del mismo modo, Candia agrega que “la iniciativa en primera instancia mide la huella de agua, es decir, realiza un levantamiento de información, la cual se ordena e incorpora los modelos del SuizAgua. Sin embargo, el objetivo no es sólo medir la huella, sino que busca también reducir el impacto tanto en el consumo directo de agua como en el indirecto.”

Asimismo, el proyecto tiene por objetivo poner en contexto su entorno, dado que existe una dependencia muy cercana con la comunidad y con la población que se encuentra cerca de las instalaciones de las empresas y que comparten un caudal. Por tanto, no es suficiente que la industria tenga acceso al recurso hídrico para sus procesos, ya que es de igual importancia que los vecinos cuenten con agua y que sea de buena calidad.

Por todo lo anterior, SuizAgua busca generar una visión colectiva y lo propone a través de proyectos de Responsabilidad Social Empresarial con foco en agua (RSEAgua). La subgerente de Gestión Hídrica de Fundación Chile, Ulrike Broschek, menciona que “este año tenemos el gran desafío de generar un involucramiento comunitario para trabajar en conjunto con las empresas y evaluar cuáles serán las medidas o los proyectos de RSE que implementaremos para que ocurra un impacto positivo hacia el entorno”. Del mismo modo, Broschek añade que  “una de las materias innovadoras que posee la iniciativa es que estamos impulsando el concepto“RSEAgua”, de modo que las medidas de RSE no podrán ser al azar, sino que deberán estar orientadas estratégicamente a la sustentabilidad del recurso hídrico”.

La iniciativa SuizAgua Andina demuestra que la medición de huella hídrica no es sólo un número de consumo de agua, sino más bien una herramienta que se enmarca dentro de un contexto territorial, donde es posible identificar los “hotspots” para focalizar la gestión del recurso. “Este tipo de herramientas son fundamentales, ya que permiten la toma de decisiones para la gestión hídrica, aplicable por parte de las empresas y entidades gubernamentales”, comenta Claudia Galleguillos, directora de Proyectos en Gestión Hídrica de Fundación Chile y jefa del Proyecto SuizaguaAndina Chile.

Actualmente, se están evaluando nuevas empresas que cumplan con los requisitos para ingresar a ser parte de este proyecto internacional, donde uno de sus resultados es aportar en la elaboración de la norma ISO 14.046 para medición de huella hídrica, la cual prontamente entrará en vigencia.

MÁS ANTECEDENTES

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de dos millones de seres humanos mueren al año por causas asociadas a la falta del agua y a su contaminación. Además, se estima que hoy el 20% de la humanidad padece “escasez hídrica” y que aumentará al 30% hacia el 2025.

Asimismo, en Chile existen diversos escenarios y una mala distribución del vital elemento, dado quela mayor parte del agua dulce de Chile se ubica al sur de la Región Metropolitana, entregando una oferta de más de 10 mil m3 por persona al año, lo cual supera con creces la demanda de la población. Sin embargo, desde la capital del paíshacia el norte la historia es totalmente diferente, de modo que la disponibilidad de agua superficial es menor a 800 m3 por persona(cifras del Banco Mundial).

En tanto, el ser humano gasta cuantiosos litros del recurso hídrico en actividades cotidianas. Por ejemplo, la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) menciona que lavar un auto gasta 400 litros de agua; un baño de tina gasta 200 litros y una ducha utiliza alrededor de 80 a 120 litros de agua.

A su vez, la situación de escasez hídrica ha ido incrementando, dado que la población ha crecido exponencialmente como también su poder adquisitivo, lo cual significa una exigencia por parte de la comunidad de obtener más y más bienes. Esta situación de alto gasto hídrico, ha generado la realización de una herramienta que mejore el control en torno al uso del agua, insumo indispensable para la mayoría de las industrias.

Si no cuidamos este recurso ahora, para el 2025 dos tercios de la población mundial probablemente vivan en países con escasez moderada o severa de este recurso. En este contexto, existen varias maneras para reducir el consumo del agua. Una de las formas que puede especificar en concreto cuánta agua utilizamos y qué podemos hacer al respecto es la “huella hídrica”.