Iván Salazar cuenta por qué aspira a ser el próximo Diputado del Distrito 40

03 Abril 2013

En el escenario electoral 2013, figuras emergentes del mundo ciudadano se enfrentan a actuales Diputados, dándole vida y sentido a la nueva ley de primarias. Este es el caso de Iván Salazar Aguayo, el psicólogo que en esta entrevista explica su aspiración parlamentaria.

Angelo Fuentealba >
authenticated user Corresponsal

¿Cómo se gesta la idea de ser candidato a Diputado? ¿Se basa en tu experiencia profesional?

Así es, tempranamente me puse a trabajar en el Programa Impulsa, que proponía un enfoque del desarrollo local basado en las capacidades de las personas, y eso me motivó a fortalecer liderazgos y capacidades, no solo de las personas sino que también de organizaciones y comunidades, para contribuir a darles mayor poder de  acción.

Esa experiencia de desarrollo local  sería la antesala de lo que sería mi trabajo en la Fundación Avina donde tuve un trabajo de formación de redes ciudadanas en 6 regiones del país, que en lo sustantivo se dedicaban a hacer control ciudadano a la gestión pública e incidir en políticas públicas.  

Quizás una de las experiencias que me marco más, es el trabajo realizado con la Red de Territorios Ciudadanos, donde fuimos impulsores del proyecto de ley de Voto Programático. Ahí percibí lo costoso que es para la ciudadanía interactuar con la clase política y lo mucho que le falta al mundo político tradicional para sintonizar con el sentir de la sociedad civil.

Creo que estas experiencias fueron marcando una reflexión, no solo mía sino de redes ciudadanas donde participo, de que llegó el momento de hacer un cruce y atreverse a entrar al mundo político donde se toman las grandes decisiones.

¿Por qué crees tú que la experiencia del trabajo ciudadano de base tomará sentido y fuerza en la población? ¿Cómo crees tú que están los tiempos actualmente para que esta demanda social teme posición en esa elección?

Ahí se cruzan varias líneas. Una muy reciente tiene que ver con los movimientos internacionales del 2011, donde se hicieron sentir con fuerza los sentimientos de indignación, de inconformismo, de incomodidad respecto de una serie de temas. Había algunos casos de movilizaciones enormes, muy masivas, de rechazo al sistema económico neoliberal. Y por otro lado, había demandas y críticas fuertes al sistema político representativo, y creo que eso en Chile aterrizó en las grandes movilizaciones por la educación o por oposición a proyectos energéticos, donde quizás la más llamativa ha sido contra Hidroaysén, pero hay muchas otras, Castilla, Punta de Choros, Los Robles en nuestra costa maulina.  

Esto hizo evidente el descontento que se venía dando silenciosamente hacía mucho tiempo, una cierta disconformidad con el sistema político, con el sistema de representación, con el sistema binominal, con esta separación, este autismo del sistema político partidista, y todo esto  empezó a golpear muy fuerte el 2011. Eso fue generando un contexto político nuevo, para que cartas absolutamente nuevas emergieran con tanta fuerza en las elecciones municipales pasadas de la mano del liderazgo de Josefa Errázuriz.

La alcaldesa de Providencia?…

El triunfo de la alcaldesa de Providencia, es el ejemplo más evidente, de que dirigentes vecinales, líderes de ONGs, son cartas competitivas en el mundo político, que pueden instalar, desde la política, una visión de abajo hacia arriba, porque lo contrario -la visión desde “arriba hacia arriba”-, es la que está en crisis hoy en día. Hay varios síntomas: el descrédito de la clase política en las encuestas, la mala evaluación del gobierno, también el descrédito de los partidos políticos. La política está en deuda, de un verdadero y sincero diálogo desde y con la ciudadanía.

¿Tú crees que la gente percibe eso? ¿En el Distrito que aspiras representar, hay  también esa sensación?

Me han sorprendido las conversaciones con la gente, la ciudadanía está mucho más interesada en política de lo que muchos creen. Están pendientes y le dan una connotación positiva o negativa a las acciones de sus representantes. Eso lo he visto en las seis comunas del Distrito 40.

Lo que más se reconoce es que hay un agotamiento con respecto al menú que se le ofrece. El sistema binominal ha instalado ese cansancio de las alternativas o ha impedido que los electores tengan reales posibilidades de elegir. Entonces lo que yo he escuchado de primera mano, es de aburrimiento, de cansancio, de decir ‘mira estos parlamentarios llevan 20 años, ofrecen lo mismo históricamente y qué bueno que aparezcan cartas nuevas, que bueno que aparezca gente joven’. Entonces, hemos encontrado en eso, varias pistas de lo que pasa en terreno, porque el discurso ciudadano de desgaste del pasado lo hemos escuchado con igual fuerza en Longaví, en Parral, en Retiro, en Cauquenes, en Chanco y Pelluhue. Siempre se llega a lo mismo: hay agotamiento ante la misma opción que insisten en permanecer y repostularse al parlamento por sexta vez.

… Y esa oferta estandarizada, ¿en qué se traduce hoy día?

Yo creo que a nivel parlamentario, el binominal es donde se refleja más crudamente, porque no hay prácticamente competencia, los candidatos son nominados a dedo, son protegidos por las cúpulas.

Cuando el voto era obligatorio, la gente tenía esa sensación de que tenía que ir a votar, incluso por alguien que no los representaba totalmente, y que no les movía ninguna hormona, por lo tanto, las elecciones se fueron convirtiendo en un ritual muerto.

Ahora, con las primarias se abren más posibilidades de competencia. Es abrir una ventana para que entre aire fresco, y esto está dando esperanza, están dando ganas de participar, de involucrarse,  de atreverse a cambiar.

Algunos hablan de un nuevo ciclo político, donde se demandan representantes acordes a eso. Gente que esté en sintonía con lo que piensan las organizaciones ciudadanas y los movimientos sociales y si quienes están hoy día no responden a ello, pues hay que cambiarlos, así de claro.

 

LOS CAMBIOS NECESARIOS PARA EL “NUEVO CHILE”

 ¿Cuál o cuáles son los grandes temas-país por los que estarías dispuesto a jugártela en el Parlamento?

Desde hace unos 10 ó 15 años vengo reflexionando que, independiente que como nos vaya como país económicamente hablando, nuestro sistema institucional es ilegitimo. Hemos estado construyendo una sociedad parados en una Constitución antidemocrática, y estoy convencido que mientras no refundemos nuestro pacto social, a través de una Nueva Constitución, no podremos crear el proyecto de sociedad que soñamos.

Por eso, me encantaría jugármela por una Nueva Constitución, formulada por una Asamblea Constituyente, que refleje el poder soberano que nos corresponde recuperar como pueblo. Sé que no es un tema le atraiga a toda la sociedad, aunque debería. Lo bueno es que la idea se ha venido instalando con mucha fuerza en los últimos 3 años.

Refundar nuestra Carta Magna a mí me parece que es un gran tema sobre el cual los chilenos deben pronunciarse, debemos rayar de nuevo la cacha porque las desigualdades no las vamos a poder resolver a punta de parches, sino que tenemos que generar las bases de una nueva sociedad, con un modelo del “buen vivir” y de dignidad humana, que incluya a todas y todos.

… ¿La apuesta es, entonces redefinir las reglas del juego?

Totalmente. Eso para mí es lo más sentido, pero de ahí se desprende todo lo demás, por ejemplo, ¿cuál es el nuevo trato respecto a tema de nuestros recursos naturales? Yo creo que hay que hacer una gran discusión respecto al código del agua, porque es uno de los grandes temas de nuestro país que se vincula después con la energía, y que finalmente desencadena en cambio climático.

En nuestro Distrito, esto también es algo que está pegando muy fuerte, hay todo un sector de secano que vive la escases del recurso, pero por otro lado, está todo el tema de la propiedad, del uso, etcétera. En cuanto a energía, considero que habría que apostar por la definición de una política energética, que es algo que todos los gobiernos le han hecho el quite, porque eso también es una manera de trabajar por el desarrollo del país, pero en forma sustentable.

Y una tercera orientación que considero imperativa tiene que ver con el ordenamiento territorial, que en el fondo busque que los territorios definan su propia vocación y destino, para que la gente se empodere y apropie de su lugar y potencie el desarrollo local. Eso para mí  es una agenda más personal que me gustaría reforzar desde la regionalización.

¿Descentralizar?

Sí, exactamente.

… ¿y esto qué debería incluir?

Pienso que la crisis de representatividad por la que atraviesa el sistema político se basa en que no existen las instancias de participación que necesitamos. Democratizar los gobiernos regionales es una necesidad imperiosa, pero también hay que introducir más mecanismos de participación a nivel comunal: presupuestos participativos, cuentas publicas ciudadanas, revocatoria del mandato, voto programático, plebiscitos locales, etcétera. Si la ciudadanía adquiere una cultura de involucrarse en los temas de interés público, el voto voluntario tendría sentido, porque la gente colapsaría los locales de votación, movidas por intereses colectivos, pero si solo le ofrecemos votar por el que menos me gusta, con el menú de siempre,  la gente lógicamente no va a ir. Entonces re-encantarnos y re-encantarlos es el desafío, y eso va a ocurrir si aprendemos a ser parte de… si colaboramos en construir los bienes públicos, y a cuidar la dignidad de las personas. Para mí esa es la refundación de Chile.

 

LA EDUCACIÓN COMO BIEN PÚBLICO

Uno de los grandes temas desde el 2011 y que seguirá siéndolo hacia el futuro, es la educación. ¿Cuál es el nuevo trato que debe ofrecer el Estado a sus ciudadanos en materia de educación?

Yo no creo en esta educación tan estandarizada, sacando profesionales como producto, sino que la educación tiene que estar en función de ese sueño de país que se construye desde los territorios. Y si hablamos de educación, no se puede sólo pensar en Universidades, por eso hay que apostar a que Estado sea el garante de la educación desde la cuna, tal como lo inició la Presidenta Bachelet. Sin duda hay mucho que hacer en esta materia, el movimiento social de 2011 le dio cátedra al país de cómo pensar la educación.

Concuerdo con muchas de las ideas que se han escuchado estos últimos años. Creo que el Estado tiene que ser protagonista, y estar muy dedicado a financiar la educación pre escolar, la educación media, potenciar la educación técnico-profesional, etcétera. Poner los huevos en la canasta que corresponde, y eso implica, claramente, fortalecer la educación pública, poniéndole fin al lucro.

 

LO QUE LE FALTA AL DISTRITO 40

En cuanto a los temas que están más vinculados al distrito en particular, ¿cuáles consideras que son los grandes asuntos que carece el territorio que piensas representar?

Quizás hemos hablado de una agenda de definiciones políticas en la primera parte de la conversación, después vendría dentro de mi esquema, levantarmaterias de legislación propia del Distrito y en eso me gustaría partir generado instancias  de Participación Ciudadana en que le devolvamos a la ciudadanía la capacidad de construir colectivamente soluciones a sus problemas. Me quiero reunir periódicamente con todos los sindicatos, con organizaciones territoriales, funcionales, etcétera., para ir escuchando y recogiendo desde ahí las inquietudes y dolores de nuestra gente, para levantar una agenda legislativa que efectivamente los represente.

También habría que mencionar la salud pública, porque si uno ve las cifras, la mayor cantidad de personas del Distrito están afiliadas a Fonasa, no a las Isapres, y por lo tanto el sistema público de salud tiene una gran responsabilidad en generar soluciones. Entonces, se debe trabajar por mejorar las coberturas, traer especialistas, o mejorar, incluso, la capacidad de elegir los prestadores de servicios.

Pero yo volvería a los temas del territorio, hay que mirar temas de fomento productivo, porque el Distrito tiene una vocación agrícola muy fuerte pero no sabemos qué pasa con el segundo piso, que sería la agroindustria, por ejemplo, que sería un ámbito nuevo a desarrollar. Lo que yo me imagino en esta línea es la generación de un equipo, que pueda hacer alianzas entre el mundo productivo público- privado y el sector político-administrativo, donde entran gobernadores, alcaldes, Seremis, el intendente y los Cores, todos con el propósito de impulsar agendas territoriales que no necesariamente tengan repercusión legislativa, pero que sí donde un diputado sea el nexo para abrir espacios de trabajo y coordinaciones.

Lo otro que me encantaría hacer, es aprovechar una Red muy poderosa que fui desarrollando en estos últimos ocho años, para generar instancias de aprendizaje, de intercambio y no solamente con otras regiones del país, sino también con América latina, traer expertos y gente que venga a mostrar temas nuevos. Me gustaría abrir un espacio de más inquietud intelectual y de experiencia innovadora que puedan alumbrar los temas que el Distrito siente como prioritarios, pero donde existe debilidad en los contenidos.

… ¿Y cómo se pueden incluir estos aspectos en el trabajo legislativo o desde la estructura estatal?

Yo siento que el parlamentario no es una isla, el parlamentario tiene que ser parte de una apuesta de gobierno con un programa de lo que está dispuesto a arriesgar y transformar.  Entonces a mí me gustaría ser parte de esta nueva propuesta que va a encarnar Michelle Bachelet como la candidata del partido (del PPD) y de la oposición. Si ella gana las primarias, se convertiría en la carta de la oposición y ahí me gustaría ser parte de la construcción de ese programa de gobierno en donde  uno de los ejes de la zona, es el desarrollo productivo.

 

LOS CIUDADANOS DEL “NUEVO CHILE”

Con la inscripción automática, se abre un espacio tremendo para el nuevo votante, que es mayoritariamente menor de 35 años, y que por una u otra razón no estaba inscrito en el sistema antiguo.  ¿Cómo reconoces a ese segmento y cómo cautivarlos en las elecciones?

Mira, mi gran oferta es que me presento como un partner de ellos. A pesar de militar en el PPD hace 14 años, nunca he sido parte de las cúpulas ni menos he perseguido ni ostentado algún cargo público en gobiernos de la Concertación. También he sido muy crítico de este sistema representativo. Entonces quizás mi mayor ventaja es que provengo de acá, de este mismo lado de la vereda. Por eso sintonizo con ese mismo mundo de la calle, y eso me permite abrir un dialogo mucho más sincero.

Siento que lo que hace falta es que los políticos no se eleven, sino más bien sientan que el poder no es para concentrarlo, sino para multiplicarlo, y a mí me encantaría ser un agente de usa el poder para facilitar espacios de escucha, donde las personas se expresen, y de  representar lo que está pasando acá.

Entonces, estar como en una especie de intersección entre el mundo de los partidos políticos y el mundo ciudadano, que a veces no tiene canales de expresión validados. No se me hace difícil pensar que puedo colaborar en articular estos dos mundos, porque lo he hecho siempre. Siento que esa es una ventaja que tengo.

Finalmente, ¿has podido leer cuál es una necesidad sentida del territorio en materia de género? ¿Qué crees que podría ser un aporte para mejorar la calidad de vida de las mujeres en particular?

Yo creo que a veces la mujer, cuando se combina con temas de pobreza, es doblemente excluida, por lo tanto se necesita mayores espacios de integración y de oportunidades, tanto en el nivel educacional como en el nivel y calidad del empleo, entonces yo me imagino jugándomela por políticas públicas que faciliten también su vida.

Creo que las mujeres, sobre todo las que son el soporte de la familia -cuestión que ocurre más de lo que creemos-, necesitan más y mejores herramientas para enfrentar la vida y eso se debe traducir en colegios de buena calidad para sus hijos, jardines infantiles para poder ir a trabajar, mejores viviendas y barrios, empleo digno, y, claro, la deuda histórica que existe con la injustificada diferencia de sueldos por un mismo trabajo con los hombres. Sin duda hay muchos desafíos pendientes.

 

Por: Ignacio Iriarte, Periodista.