Opinión: Las trasnacionales son la inmigración problemática

Opinión: Las trasnacionales son la inmigración problemática

02 Diciembre 2016

Los números indican que los porcentajes son mínimos todavía, pero es indudable que para un país que en los últimos 50 años no era objetivo de grandes migraciones humanas, el tema se ha transformado en algo que hay que resolver.

Andrés Gillmore >
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Mucho se está hablando de la inmigración en Chile y como el tema se ha estado politizando hacia las elecciones presidenciales y resulta increíble lo poco entendido que somos sobre la materia y lo sectarios que somos. Los europeos son extranjeros y los caribeños son inmigrantes. Los números indican que los porcentajes son mínimos todavía, pero es indudable que para un país que en los últimos 50 años no era objetivo de grandes migraciones humanas, el tema se ha transformado en algo que hay que resolver y mientras antes se haga mejor para todos y no debemos seguir ocultando el tema. Muchos hablan de poner severas condiciones, exigir visas y papel de antecedentes para entrar al país y si alguno comete algún delito debe cumplir condena y expulsarse. A decir verdad no se está diciendo nada nuevo y es sólo sentido común, si queremos ser un país próspero y con proyección de futuro.

Lo que más me sorprende es el doble estándar y como tenemos visiones contrarias ante las diferentes tipos de inmigración. También existe la inmigración de empresas que vienen al país en busca de nuevos horizontes y desarrollar sus negocios y se quedan en Chile por décadas. Pero con estas empresas hacemos caso omiso y no les exigimos nada, incluso las dejamos destruir nuestro medio ambiente y nuestras comunidades para que se enriquezcan a costillas nuestras. Incluso hemos dejado que intervengan el Congreso Nacional comprando nuestros senadores y diputados, para que legislen a su favor y puedan hacer en Chile lo que no pueden hacer en sus países.

No hay región de Chile que no este imbuido en este fatídico destino y que no este intervenida por intereses extranjeros en diferentes áreas como la salmonera, forestal y minera. Incluso las regiones australes de Aysén y Magallanes han caído en las redes de los intereses extranjeros en el último tiempo, al recaudo de lobby político al servicio de los intereses creados, posicionándose en el último tiempo mineras de carbón de pésima calidad, a tajo abierto y de oro. Las salmoneras de capitales extranjeros han contaminado desde hace décadas los fiordos del norte de Aysén y han estado introduciendose soterradamente en Magallanes y las alarmas ante estos intereses han empezado a sonar, transnacionales que en su afán de búsqueda de aguas limpias al destruir las que han usado, no han dudado al invadir aguas de Reservas Nacionales como la de las Guaitecas en Aysén y pretender introducirse en aguas de Parques Nacionales.

Los proyectos hidroeléctricos que están en la actualidad en la carpeta del ministerio de energía que pretende intervenir los ríos del centro-sur. Austral; sumado a la centrales energéticas a petróleo, gas natural y la gran minería del cobre, vienen haciendo de las suyas hace décadas en todo nuestro querido y amado Chile sustentados por capitales foráneos y por mucho que se invierta en ERNC, es indudable que deben resolverse las intervenciones que están construyéndose, operando y las que están con los permisos otorgados y prontas a comenzar su construcción.

Las trasnacionales extranjeras crean empresas de fachada para operar y pasar desapercibidas. Las regiones no buscan cerrarle las puertas al desarrollo y poco importa en regiones si las empresas son extranjeras o chilenas; pero piden respeto y que el manejo operacional este sustentado bajo una jurisdicción con leyes específicas, que garanticen la protección del medio ambiente y no se dañe la proyección de las comunidades, que se respete la idiosincrasia cultural y  ser partícipes de las decisiones y contar con toda la información específica sobre la mesa.

Las empresas extranjeras vienen a Chile a hacer lo que no pueden hacer es sus países de origen, abusan de una legislación humillante y literalmente hacen lo que quieren y todo bajo una ley que solo las favorece. El formato de los Estudios de Impactos Ambientales (EIA) que se requieren para aprobar proyectos, esta pensado para no poner ningún tipo de restricciones a estas transnacionales, incluso el mismo interesado es el que lo realiza y no se le hace una auditoría a lo presentado, lo aprueban los seremis regionales, que a su vez son manipulados por el lobby de las mismas transnacionales extranjeras al interior de los gobiernos.

La semana pasada se reunieron en Coyhaique la capital de la región de Aysén, diversas organizaciones territoriales de las localidades chilenas de Freirina, Ovalle, Caimanes, Petorca, San José de Maipo, Lof Quehue desde el Wallmapu, Futaleufú, Puerto Aysén, Coyhaique, Villa Mañihuales, Isla Riesco, acompañadas por las representaciones argentinas del Valle del Río Negro, Esquel, Los Antiguos, Trelew, Caleta Olivia, invitadas por la comisión de Justicia y Paz del Vicariato Apostólico de Aysén. Todas organizaciones territoriales que en la actualidad tienen serios problemas con las trasnacionales. El objetivo era debatir temas comunes ante la invasión de los megaproyectos, para buscar dignidad, solidaridad, respeto, justicia social, equidad, hermandad, soberanía y delimitar estrategias en común para preservar la autodeterminación de los territorios y que las transnacionales dejen de hacer lo que les plazca en sus territorios a vista y paciencia de los gobiernos.

Estas organizaciones luego de un largo camino recorrido y de una madurez adquirida en batalla por sus derechos, han entendido que la única manera de lograrlo es con la unión entre ellas ante un enemigo poderoso, que cuenta con un enorme poder económico, una institucionalidad diseñada expresamente para proteger sus privilegios y con una clase política al servicio de esos intereses extranjeros en el país.

Por muchos años se puso un manto oscuro sobre lo que realmente significaba proteger el medio ambiente y no permitir el descalabro de las transnacionales, escondieron esa terrible realidad que nos acechaba hacía años. Con el tiempo esos intereses económicos externos, poco les importó destruir los territorios y la vida de las comunidades para lograr sus objetivos y nos encontramos en la actualidad a muy mal traer. Tanto fue así, que ser ecologista hasta hace pocos años atrás, era sinónimo de gente poco confiable, de malas costumbres, que nada entendían de ciencia y consideradas personas de segunda categoría, por personajes que supuestamente eran de primera categoría. En la actualidad defender el medio ambiente de la intervención de las grandes transnacionales extranjeras es parte de la vida de mucha gente y cada día se suman más por lograr soberanía positiva; sobre todo cuando el cambio climático pasó a ser una realidad palpable y siniestra que esta empezando a afectar nuestras vidas.

Las trasnacionales extranjeras en Chile han gastado millones de dólares para hacernos creer que eso del medio ambiente no era más que una invención, que la naturaleza era infinita y eso del cambio climático eran tonterías inventadas por una clase poco instruida. Se financiaron universidades, científicos y partidos políticos para salvaguardar estos intereses en el país. Incluso crearon una bibliografía diseñada con ese objetivo y contar con científicos nacionales que defendieran esas tesis y le dieran un aire académico a la situación y las comunidades no pudieran contrarrestar la información a riesgo de ser llamados ignorantes y que el público se sintieran confiados en confiar.

Como olvidar las batallas por Freirina, la que se esta desarrollando por Isla Riesco en Tierra del Fuego en contra de la mina de carbón invierno; la defensa de Alto Maipo en la región Metropolitana; Río Cuervo en Aysén; y cientos de otras batallas o la que se dio ante HidroAysén al sur de la región de Aysén en la cuenca del Baker. Esta batalla me tocó muy de cerca, de un día para el otro intereses extranjeros invadieron mi forma de vida y me dijeron que el agua que bebía del lago General Carrera y de los ríos Baker y Pascua no eran chilenos, sino de una transnacional extranjera española y que no la podía usar. No tuve otra alternativa que entrar en el desconocido mundo de los intereses creados de los poderosos, de los gobiernos y de los políticos y entrar en batalla para salvar mi comunidad y la proyección de desarrollo de mi amado y querido Aysén y encontrarme con una desagradable caja de pandora.

HidroAysén como pocas veces se ha visto en Chile, utilizó recursos para financiar científicos, políticos, gobiernos y profesionales llenos de posgrados y doctorados para avalar su intención y decirnos que todos los que éramos contrarios a su intención estábamos equivocados y que éramos unos ignorantes, tratando de convencernos que intervenir los ríos Baker y Pascua y gran parte del sur de Aysén no significaba un deterioro ambiental para las 11 localidades involucradas y las cerca de 8 mil personas que viven en la cuenca del Baker. Toda la estrategia se financió con capitales extranjeros (Españoles y Italianos) se nos dijo que Chile estaba obligado a intervenir nuestros preciados ríos, porque faltaba energía y corríamos el riesgo de un apagón generalizado en el país y quien era Aysén para oponerse al desarrollo. Que la región debía sacrificarse, bla, bla, bla.

Enfrentar las mentiras ideológicas de lo establecido cuando no tienes nada y lo quieres todo, en contra de los que detentaban el poder político y económico, financiado por capitales extranjeros, no fue fácil bajo ningún punto de vista. Muchos de los que nos vimos envueltos en estas lides para salvar nuestras comunidades de la intervención extranjera por simple sobrevivencia práctica y muchas veces incluso sin el reconocimiento de nuestras propias comunidades; intervenidos por el discurso de HidroAysén y del mismo gobierno en nuestra contra, fue por decir a lo menos verdaderamente complicado y riesgoso. En años donde todo era teoría y las redes sociales aun no eran lo que son ahora.

Nos tuvimos que introducir en un entramado político muy complejo y difícil de enfrentar por las características de lo que implica saber que el congreso y el mismo gobierno de turno eran parte de la trama y que estaban intervenidos por capitales extranjeros. Tuvimos que poner mucha voluntad para no decaer y enfrentar la terrible verdad que habíamos descubierto y que nadie en su sano juicio querían enfrentar. Incluso las mismas ONGs que se suponen tienen cierta independencia, no se atrevían a enfrentar la verdad del cohecho extranjero, por miedo a perder contactos y ser vistos como no gratos y perder posibles financiaciones de esos mismos capitales extranjeros. Lo constate personalmente en una reunión que tuve en Santiago con dos de los directores de las ONGs que representaban a Patagonia Sin Represas: Ecosistemas y Chile Ambiente, que ante mis requerimientos de entrar a denunciar estos hechos, solo atinaron a decirme que todo estaba perdido, que nada se podía hacer, que HidroAysén era un hecho y lo mejor era no meterse por ese camino.

La cadena de Diarios ciudadano Mi Voz en la cual esta leyendo esta crónica, me ofreció en el 2010 apoyarme para poner la información en las redes sociales, en momentos en que no era fácil publicar estas cosas y muchas veces debe haber sido difícil para ellos publicar mis denuncias a políticos y gobiernos de la intervención extranjera en Aysén y sin duda este medio ayudó a poner la información sobre la mesa y se puede decir que se dio un buen empujón al proceso de cambio y del cual estoy muy agradecido. Luego de la reunión con las ONGs y como secretario y vocero de la Corporación Costa Carrera, empecé a denunciar con nombre y apellido el formato creado por los políticos y el gobierno para llevar adelante HidroAysén y muchas otras intenciones más que fueron saliendo a flote de esta trama nefasta.

Por eso si hablamos emigraciones problemáticas, es indudable que la realizada por las transnacionales y que siguen haciendo, ha sido nefasta y destructiva para los intereses de Chile. Por eso es una muy buena noticia que las diferentes organizaciones territoriales de norte a sur de cordillera a mar y del otro lado de los andes, hayan entendido la importancia que es para sus causas evitar los intermediarios y que deben tomar sus defensas directamente ellas mismas. En ello esta la base de la verdadera sustentación del cambio y la defensa real de sus derechos. Si las ONGs quieren ser partícipes de su defensa y buscar financiación en base a ello, debe ser con pleno consentimiento de las comunidades involucradas y contar con el aval correspondiente como carta de presentación de las comunidades.