Por Johnny Olate. Dirigente COEST de Talca 

Hablar sobre lucha de clases y de antagonismo entre el proletariado y capitalistas pareciera que fuese una temática añeja del siglo pasado. 

Pero resulta que la discusión - pero no así su contenido - se encuentra más vigente que nunca en el último año en la contingencia política.

Parece ilógico y de poco sentido común avanzar en consignas típicas de la época de la polarización de las clases, que se reflejan en proyectos tan trascendentes como es la reforma educacional y la ya vigente reforma tributaria. 

Creo que el ciudadano común y estudiantes ( los de verdad,  no los que hablan en nombre de la ideología muerta) ya nos cansamos de aquello,  y anhelamos avanzar y comenzar a discutir con altura de miras y  con sobriedad sobre temas ligados a una gran sociedad y las personas que la conforman.

Creo que esa es justamente la crítica,  empezar a quitarse las antiojeras y mirar nuestro alrededor y sus necesidades.

Lamentablemente en Talca poseemos autoridades (como un intendente,  gobernador y seremi) excluyentes con alumnos de subvencionados, que no escuchan a la ciudadanía,   y eso se refleja de manera macro de la deficiente gestión sorda y ciega del gobierno.

Pero tranquilos compañeros y compañeras,  no se nos arrebatará nuestra libertad de elegir,  nuestra dignidad en trato y la desconfianza en nuestros apoderados y sostenedores,  no mientras estemos acá.

No mientras exista estudiantes cansados de lo que está sucediendo y que deseen un país más justo y libre para cada uno de quienes lo conforman.

No mientras tengamos una presidenta que reconoce que la reforma no partió por donde corresponde.

No mientras no se nos escuche...

Hoy,  la mayoritaria clase media - ese 52% del alumnado que estudiamos en particulares subvencionados -  nos sentimos abandonados, nos sentimos excluidos y dañados.  Queremos una reforma para todos,  queremos una reforma sana…