La muerte del menor Ángel Márquez Zapata, que conmocionó a la región hace 3 años, sigue dando que hablar a los molinenses. Y es que la animita construida en su honor junto al estadio ANFA se ha convertido en un verdadero sitio de peregrinación para los vecinos de la zona.

“Angelito”, como es conocido popularmente, fue asesinado en agosto de 2015 por su madrastra mediante estrangulación. El cadáver del pequeño fue llevado envuelto en toallas y dentro de bolsas plásticas hasta el final del estadio y allí fue abandonado. Ocho días después la mujer confesó su participación en los hechos, y la alcaldesa decretó duelo comunal por la muerte del niño.

Con el tiempo, los vecinos comenzaron a decorar la gruta con juguetes, cartas, e incluso varios han ido a instalar placas de agradecimiento por favores concedidos.

“La gente va, se sienta un rato a rezarle, otros tantos hablan con él y le piden que los ayuden con favores, aquí le tenemos mucha fe y sabemos que es un alma milagrosa”, comentó Lucia Mateos al diario El Centro.

Un factor que ha reforzado recientemente el fervor popular de los molinenses por la animita fue el secuestro de la joven Emmelyn, ocurrido en la misma región. “Cuando hablan de que los niños se desaparecen por días uno piensa en él y revive lo que pasó, piensa lo que pudo sufrir. Pero ahora él es una alma protectora de los niños de Molina”, aseguró Samuel Astadillo, vecino de la zona, al mismo periódico.