Un reciente estudio de la Asociación Estadounidense de Psicología basado en los datos recogidos durante 11 años a 19.453 hombres, reveló que los “machos” arrogantes son más propensos a sufrir problemas de salud mental.  

La investigación se basó en 11 normas de la visión tradicional de la masculinidad:

- el deseo de ganar.

- la necesidad de control emocional

- la toma de riesgos

- la violencia

- el dominio

- la promiscuidad sexual

- la autosuficiencia

- la primacía del trabajo en la vida

- el poder sobre las mujeres

- el desdén por los homosexuales

- las ganas de mejorar de estatus

Estas 11 normas de la visión de la masculinidad fueron contrastadas con tres tipos generales de salud mental: negativa (incluida la depresión), positiva (satisfacción con la vida) y búsqueda de ayuda psicológica, incluidos los servicios de asesoramiento.

Los autores de la investigación, publicada en el 'Journal of Counseling Psychology',

concluyeron que los hombres más apegados al concepto tradicional de masculinidad poseen una salud mental más pobre, ya que su actitud es menos favorable a buscar ayuda psicológica.

Estos resultados difieren en función de las normas masculinas que dominan en cada persona, sin embargo, los especialistas destacaron que, la autosuficiencia, el poder sobre las mujeres y el comportamiento mujeriego son las tres conductas más asociadas con resultados mentales negativos.

El líder del estudio, Y. Joel Wong, asegura que "la sólida asociación entre la conformidad a estas dos normas y los resultados negativos relacionados con la salud mental subraya la idea de que el sexismo no solo es una injusticia social, sino que también puede tener un efecto perjudicial sobre la salud mental de quienes abrazan esas actitudes".