Día del Padre: La nueva forma de enfrentar la paternidad

19 Junio 2011

El contexto actual en el cual vivimos se encuentra caracterizado, entre otros aspectos, por un aumento exponencial de la información que recibimos día a día, por una temporalidad que atraviesa significativamente más rápido, lo que recae inevitablemente en la aparición de constantes cambios.

Corresponsales ... >
authenticated user Corresponsal

Por Marta Stegmeier 
Psicóloga Universidad Andrés Bello

El contexto actual en el cual vivimos se encuentra caracterizado, entre otros aspectos, por un aumento exponencial de la información que recibimos día a día, por una temporalidad que atraviesa significativamente más rápido, lo que recae inevitablemente en la aparición de constantes cambios. Esto último exige que nosotros como seres humanos nos debamos adaptar y a su vez resolver un sin número de demandas que provienen de múltiples situaciones.
 
Estas demandas significan a su vez que debemos presentar distintos roles que permitan adaptarnos a cada uno de los contextos y cambios sin dejar de ser esencialmente nosotros mismos. Una forma de adaptación a este fenómeno, podría tener respuesta en el significante de ser hombre y mujer hoy en día, desde el concepto de género, que es diferente al de sexo femenino o masculino, lo cual se refiere primordialmente a las características fisiológicas que nos diferencian. Sin embargo, el concepto de género es muy distinto, porque es modificado dependiendo del contexto socio histórico en el que nos encontremos, definiendo lo que significa ser hombre y mujer en la sociedad y los roles que deben  adoptar.
 
Las exigencias actuales impiden en la mayoría de los casos, la diferenciación rígida de roles entre hombres y mujeres, sobre todo en la gran demanda que significa ser padres y madres de las familias que son el núcleo de nuestra sociedad. Los roles que se adjudican a los progenitores, se definen a partir de una multiplicidad de variables, y una de ellas es cómo esa familia en particular percibe y responde funcionalmente a las demandas del entorno. En algunas familias de hoy puede ser perfectamente funcional el seguir el modelo del padre como único proveedor y la madre como responsable del cuidado de los hijos. Pero este modelo no funciona para otras, siendo necesario que en esa familia, tanto la madre, como el padre sean proveedores y compartan de forma equitativa el cuidado y la crianza de los hijos. 
 
Esta última situación se percibe de forma más frecuente en el mundo actual, lo cual significa que hombres y mujeres deben saber hacer de todo, desde cambiar pañales, cuidar a los niños cuando el otro no está, hasta trabajar y martillar un clavo. La respuesta funcional a todas las demandas adjudicadas por las características propias de este mundo actual, y que inevitablemente las recepcionamos, se definen en cuan flexibles somos en cambiar roles con el otro dependiendo de la situación que se nos presente y qué tan empáticos podemos llegar a ser en la comprensión respecto de las exigencias que cada uno.
 
A modo de reflexión, tal vez la empatía que podamos tener hacia el otro, podría significar una herramienta de supervivencia y conservación necesaria e importante de adaptación.