El cultivo de variedades de álamo en Chile tiene una larga historia, pero aún es desconocido en nuestro país. Su propagación se realiza en forma vegetativa, a partir de variedades clonales, lo cual permite obtener productos madereros homogéneos, de buena calidad y alto valor agregado. Las actuales rotaciones del cultivo son entre 12 a 14 años, mucho menos que pino radiata (22 años). Pero el desarrollo de las nuevas variedades realizado por el Centro Tecnológico del Álamo (CTA) de la Universidad de Talca, permitiría acortar estos plazos a diez años.

El valle central de Chile posee una tradición de cultivo de Populus (género de las especies de los álamos) ligada estrechamente a la cultura campesina. Etimológicamente Populus significa árbol del pueblo. A diferencia de otras plantaciones forestales, los álamos son vistos por las comunidades como amigables ambientalmente y de indudable belleza escénica. Su uso principal en Chile ha sido como cortinas cortaviento o como límites para predios agrícolas (cercos vivos), pero pocos saben del desarrollo de plantaciones comerciales para la producción de fósforos, palos de helado y chopsticks (palos chinos), envases de alimentos, entre otros, que a pesar de ser considerados productos menores tienen un alto valor agregado. Además, en Chile se elaboran otros productos como tableros contrachapados, bins, pallets, y cajas para frutas de exportación. En otros países, la madera de variedades de álamos es usada para la fabricación de pulpa de celulosa, construcción y mueblería, elaboración de tableros contrachapados finos, productos reconstituidos como tableros OSB, vigas LVL y PSL, I joist, biomasa con usos energéticos (astillas, pellets y briquetas para cogeneración, y calefacción domiciliaria.

También, como aplicaciones silvícolas o sistemas vegetales para la protección y estabilización de riveras de ríos, recuperación de suelos contaminados (fitoremediación y fitoestabilización de relaves mineros y rellenos sanitarios), y agro-forestaría (con cultivos hortícolas intercalares). Además, la madera de álamo es reconocida por sus cualidades que la hacen deseable en sus productos, como la ausencia de veta marcada, un color homogéneo, la ausencia de grandes nudos y fibra desviada asociada a ellos, unas excelentes propiedades mecánicas en relación a su relativamente baja densidad, y gran nivel de inocuidad que la hacen atractiva como envases de alimentos.

UNA OPORTUNIDAD

 Debido a su plasticidad de adaptación, hay una larga extensión del territorio con suelos aptos para el cultivo del álamo.  Desde suelos arcillosos del valle de Curepto, arenas húmedas de la costa cerca de Constitución, suelos agrícolas degradados entre Linares y Parral, en la Región del Maule. Arenas húmedas en la Comuna de Cabrero, Región del Biobío, y por, sobre todo, los suelos del Valle del Cachapoal, Región de O’Higgins, donde se han registrado los mejores crecimientos, de las variedades de álamo, en todo el mundo. Esta capacidad de adaptación está permitiendo establecer en Chile nuevas plantaciones comerciales en suelos agrícolas de baja rentabilidad, y suelos húmedos sin uso productivo.

En la región del Maule, el CTA en conjunto con empresas del rubro agrícola y forestal, están ejecutando el proyecto FIC “Fortalecimiento de la competitividad de la pyme maderera regional mediante un modelo asociativo para el escalamiento de plantaciones con nuevas variedades de álamos”, financiado por el fondo de innovación para la competitividad, del Gobierno Regional del Maule. Este proyecto ha permitido el inicio de un escalamiento comercial de plantaciones, orientado a la producción de madera de alta calidad, con las nuevas variedades de álamos de la Universidad de Talca. Variedades las cuales están inscritas en el Registro de Variedades Protegidas, regulado por el Servicio Agrícolas y Ganadero (SAG), lo que implica a la Universidad tener los derechos de obtentor de sus variedades (protección intelectual), y su exclusividad para propagarlas y comercializarlas.

Uno de los resultados principales de este proyecto fue la reactivación de la Comisión Nacional del Álamo de Chile (CNA), organismo que agrupa a pequeños y medianos propietarios forestales, la PYME maderera, empresas forestales, instituciones públicas (CONAF, INDAP y el SAG), Universidades, y Municipalidades, entre otros. El objetivo de esta Comisión es fomentar el cultivo, conservación y utilización de Salicáceas (álamos, sauces) y otras especies de rápido crecimiento, para que conforme un recurso forestal sustentable y de importancia económica para Chile.

“Lograr que las variedades de álamos se consoliden como el tercer recurso forestal de importancia para Chile, es uno de los objetivos del Centro Tecnológico del Álamo (CTA) de la Universidad de Talca y la Comisión Nacional del Álamo”, indicó Cristian Espinosa Ackerknecht.