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Hace unos días nos enteramos de una nuevo cambio en el cambio de hora en Chile, en mi opinión la decisión sigue siendo poco documentada y con bastante poco ánalisis, al menos de lo que se desprende de los argumentos de la autoridad respectiva. 

Les adjunto carta enviada al diario La Tercera [11] con mi opinión. En el pasado ya he escrito al respecto [12], ya que la facilidad con la que se toman este tipo de decisiones administrativas sin evaluar su impacto y alcance no deja de soprenderme.

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Señor director:

Hace años se viene jugando con la fecha del cambio de hora. Este año no fue la excepción. Se dice que vamos a fijar el huso horario de verano (GMT-3), el cual está bastante lejos del horario astronómico que nos corresponde (GMT-4.5). 

Nuestro sistema de cambio de hora se sustenta en un decreto de fines de los 60 que tuvo como inspiración el ahorro de energía. Esto fue así hasta hace algunos años, cuando empezamos a modificar la fecha en forma bastante mal planificada (un año fue la semana anterior al cambio). Como referencia, en Estados Unidos, cuando decidieron modificar la fecha, se hizo con un aviso de seis meses de antelación. 

La discusión sobre si tiene sentido el cambio de hora debe estar documentada, identificando beneficios y problemas, ya que la decisión que se tomó hace 50 años se fundamentó en un perfil de consumo (básicamente de iluminación) muy diferente al actual. 

El anuncio de que a partir de 2015 no tendremos cambio de hora no garantiza que en 2016 se tome una decisión diferente, como ha sido la tónica en los últimos años. Sólo espero un análisis más profundo, con algo más de ingeniería, incorporando todos los elementos de juicio cuantitativos y cualitativos, tanto de los beneficios como de los impactos en diferentes ámbitos (económico, salud, seguridad pública, etc.). 

Alejandro Barros
Ex secretario Ejecutivo 
Estrategia Digital de Chile