Uno de los grandes chilenos del siglo pasado, fue sin duda el sacerdote jesuita Alberto Hurtado Cruchaga [6], un reformador social, que supo plasmar los mandamientos cristianos, centrando su trabajo en los más desposeídos.
[7]El padre Hurtado fundó el Hogar de Cristo [8], la revista Mensaje, creó la Acción Sindical y Económica Chilena (ASICH), y además fue asesor de la Juventud de la Acción católica, sólo por nombrar algunos de sus servicios.
Recuerdo el día de la canonización, 23 de octubre de 2005, en el que además de la emoción muchos nos preguntábamos que cambios se vivirían en nuestro país, en especial, después que el Presidente de la época, Ricardo Lagos, señalara que Hurtado era un nuevo Padre de la Patria.
Además, de la alegría de toparse en las basilicas romanas con los rostros de la delegación oficial, conformada principalmente por beneficiarios del Hogar de Cristo, que jamás soñaron visitar estos bellos lugares. Ellos tomaban fotos con rudimentarias cámaras fotograficas, y se emocionaban con la belleza y la historia de la capital italiana, que algunos nunca habían oído nombrar. En ellos el espíritu del padre Hurtado se hacía presente.
[9]¿Pero qué ha pasado en los dos años desde la Canonización? La verdad no mucho, pues siguen las desigualdades. Lo que si es rescatable son las conversaciones, que han partido desde la misma Iglesia Católica, sobre el sueldo ético y la dignidad de los chilenos más desposeídos.
El llamado es a preguntarnos ¿qué hacemos en nuestra vida diaria por terminar con las desigualdades? ¿qué hacemos por continuar el legado de san Alberto Hurtado?
A continuación el video oficial con las fotos de la canonización del padre Hurtado en Roma: