El lunes 6 de Marzo del 2006 fue el primer día de la semana y comenzó un nuevo año escolar, que en un principio hace cambiar la actividad de todos, me refiero a los alumnos y a los profesores de los colegios y liceos del país.
Digamos que los profesores, los que disfrutaron de una tranquilidad y apaciguamiento, ya sea en sus casas o en los lugares que estuviesen como: la playa, termas u otro lugar de esparcimiento y tranquilidad, etc. Este día, el lunes, es para ellos (los profesores) volver a reencontrarse con sus actividades y con sus colegas: docentes, paradocentes, y otros que cumplen funciones en un liceo o colegio. Sin embargo, a mi juicio, lo más importante es tener nuevamente ese contacto con los alumnos, es decir, el volver al aula a enseñar y que te enseñen; la finalidad es regresar a clases y encontrarse con los nuevos y los que siguieron del año pasado.

Ahora bien, para qué decir de los alumnos que al ser encuestados, ellos declaran con su respectiva jovialidad: "pucha… ya se nos acabó el carrete, el trasnoche o el dormir hasta tarde, ya tendremos que acostarnos más temprano y levantarnos con las gallinas, pues hay que empezar las clases".
Pero en algunas partes excepcionales, donde prima el trabajo de campo o el trabajo de temporada, el no asistir a clases desde la primera semana es algo habitual, puesto que por este medio (el trabajo), el joven se sirve para pagar sus estudios, esto es, la forma en que aquellos jóvenes trabajadores se costean sus necesidades, sean estos: útiles escolares, pasajes, ropa, u otra cosa que necesiten para empezar su año escolar. Por tanto, es muy difícil el que lleguen todos (los alumnos).
Así es el primer día de clases en un establecimiento como en el que trabajo, aludo a Chépica, un lugar que queda entre Santa Cruz, al norte, y Curicó hacia el Sur. Esto de comenzar un nuevo año escolar, en el cual los jóvenes se vuelven a reencontrar con sus compañeros; otros van a lucir prendas pues la moda lo dicta; o simplemente dejan su casa para asistir al liceo; y para otros, como es el caso de los alumnos chepicanos, es terminar de trabajar y empezar a estudiar.
Quizás se podría percibir que estos alumnos valoran más retornar al liceo, más que muchos otros jóvenes del país porque su trabajo les permite valorar aún más la formación, esto significa, salir adelante para construir futuro a través de los estudios y crearse las condiciones para mejorar su sistema de vida en la cual se encuentran insertos.