Ricardo Lagos ha sido nombrado como presidente del Club de Madrid en reemplazo de Fernando Cardozo.

Siempre es un tema el rol de los ex-presidentes en sus países. Cuando se han ido con buenos niveles de popularidad se tiende a hacer comparaciones odiosas con el presidente entrante. El nuevo presidente intenta normalmente desmarcarse del anterior para reafirmar su autoridad y personalidad.

En este caso Ricardo Lagos ha dado señales de querer salir de la contingencia chilena. El Club de Madrid parece ser un lugar tranquilo donde mantener su capital político y el prestigio ganado en los seis años de gobierno. La tarea contingente probablemente será tomada por sus partidarios cercanos que están fuera de la primera línea de gobierno como Sergio Bitar por ejemplo en el rol de reorganizar la fuerza política del progresismo gobernante. Supongo que esperaremos algunos años para ver a Ricardo Lagos nuevamente en la política interna, desde una fundación o como "hombre bueno", por sobre el bien y el mal como suelen colocarse algunos o llevando a cabo alguna clase de iniciativa de orden mundial al estilo Jimmy Carter o Bill Clinton.

A Ricardo Lagos, felicitaciones por el futuro y gracias por el gobierno que lideró.