El paradigma del héroe y el 21 de mayo

El paradigma del héroe y el 21 de mayo

20 Mayo 2021
Prat conjuga el valor del héroe griego en un contexto de conflicto y de necesidad de perfilar una sociedad desde la figura de pro-hombres, arquetipos que ayudarán a perfilar una sociedad en torno a un eje convocante para el futuro.
Juan Ignacio Cordero >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano
Historia, 21 de Mayo, Arturo Prat. Foto: Agencia Uno/Huawei

La figura pública de Agustín Arturo Prat Chacón antes y después del 21 de mayo de 1879 es de un cambio drástico, pasando de un civil, de un educador popular, abogado de esfuerzo, aficionado al espiritismo, marino miembro de la aristocracia porteña a transformarse al primer héroe concreto de la República de Chile, en un Santo Laico. El 21 de mayo es una fecha que conmemora una batalla perdida, y si, es verdad: la Esmeralda fue destruida por el Huáscar. Vanagloriamos una batalla donde chilenos murieron en una batalla sin sentido más que el patriotismo, logrando transformar un “civil” en un semi Dios.

La historia de Chile corona a uno de sus pilares, su santo laico, quien cumple el rol de eje ético-moral de toda la ciudadanía que se siente “chilena”, es así que todas las ciudades de Chile tiene o una plaza, calle, busto, escuela o población con su nombre, demostrando la influencia inconsciente que el Estado ha proyectado a través de la figura del marino a lo largo y ancho del territorio nacional. Arturo Prat representa valores de lealtad, identidad, responsabilidad y principios que constituyen una sociedad de manera clara, en sentido con el pasado para poner un horizonte al futuro con realidad y proyección sustentable, desde nuestras ideas pero haciéndolas fuertes e inmortales al relacionarlas con Prat.

El relato pronunciado en esa tarde invernal del funeral se rindió homenaje al “...honor, la austeridad, la honradez, el valor y la gloria…” por la cual murió Arturo Prat.  Relevante se hace comprender el relato que se fue escribiendo en torno a él, como por ejemplo en la carta que Carmela Carvajal le envió a Miguel Grau, con ocasión del combate de Iquique, la viuda de Prat incorporó al rival de su esposo en el mundo de la antigüedad clásica: “Es altamente consolador en medio de las calamidades que origina la guerra, presenciar el grandioso despliegue de sentimientos magnánimos y luchas inmortales que hacen revivir en esta América las escenas y los hombres de la epopeya antigua”. 

Según Pierre Vidal-Naquet en su libro El mundo de Homero cuando se lee las obras de Homero, tanto como la Odisea o La Ilíada, nos plantea que se debe recordar que éstos eran poemas para ser recitados ante auditorios de hombres ricos y poderosos, capaces de hacer la guerra y armarse de pies a cabeza. El valor para la élite de la figura de Prat fue la de moldear, formar, categorizar lo bueno, lo malo en imagen y semejanza al héroe de Iquique. 

Prat conjuga el valor del héroe griego en un contexto de conflicto y de necesidad de perfilar una sociedad desde la figura de pro-hombres, arquetipos que ayudarán a perfilar una sociedad en torno a un eje convocante para el futuro.

Esa fuerza como historia oficial la vemos en estos mártires, pero la podríamos seguir viendo en otros actores, que bajo el paradigma tradicional, se ven nublados por prejuicios y estigmas, pero que siguen revitalizando desde sus territorios e identidad el valor ético-moral

Esos actores de los pueblos originarios que edifican con bases del pasado para un futuro mejor lo podemos ver en diversos sectores “no tradicionales” del paisaje cultural del territorio comprendido desde Arica a Punta Arenas. Se ha normalizado durante siglos una proyección bajo una mirada prejuiciosa, heredada de un legado de discriminación colonialista hacia el otro, o bajo el amparo del criterio binario de lo bueno y lo malo con el criterio de civilizado o bárbaro, es decir, el viejo paradigma del héroe. 

Prat vive en su legado y ese mismo relato lo podemos ver en territorios en conflicto, el ethos o espíritu de comunidad lo vemos en los sectores mal llamados en conflicto, denominado así simplemente por la proyección en el presente de prejuicios del pasado.

La bandera que enarboló Prat no es más que la valorización de sentimientos identitarios hacia un grupo de personas que comparten una mirada de futuro desde un presente que es plataforma de emociones del pasado. Debemos deconstruir esa mirada nacionalista de lo bueno, así como nación podremos valorizar a muchas otras definiciones de “heroes” que sólo enriquecerá el panteón de prohombres que nos ayude como colectivo a educar nuestro futuro, libre, emancipado y respetuoso con nuestras identidades que cohabitan en territorio.