La curiosa historia del café: una bebida satanizada y cristianizada

La curiosa historia del café: una bebida satanizada y cristianizada

06 Julio 2020

El consumo de café en grano en Chile ha crecido considerablemente, recuperando terreno ante el omnipresente café instantáneo. Su verdadero origen es tan incierto como la fecha de su descubrimiento. A continuación revisaremos algunas de las leyendas al respecto.

Fabián Durán >
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“En la provincia de Etiopía llamada Kaffa, un pastor con sus cabras, mientras recorría los extensas llanuras, decidió tomar un merecido descanso. Fue en ese preciso instante, que las cabras se alejaron y por casualidad comieron unas bayas de un desconocido arbusto, el que hoy se conoce como cafeto. Unos minutos más tarde los inocentes animales comenzaron a tener un comportamiento sin igual.  Se pusieron muy enérgicas,  empezando a correr y saltar por todas partes de manera desenfrenada, habían sido afectadas por la cafeína de las bayas”.

Si alguna vez has escuchado el dicho, “se le arrancaron las cabras para el monte”, para denominar a una persona una poco dispersa, ya sabes de dónde proviene. Sin embargo, se presume que mucho antes de Cristo, las tribus africanas consumían esas bayas para darles vitalidad a los guerreros.

Cuenta la leyenda que el profeta Mahoma estando enfermo, recuperó su salud al tomar una bebida negra y amarga entregada por el Arcángel Gabriel que el mismísimo Alá le había enviado. Ese mismo día, Mahoma fue capaz de hacer desmontar a 40 caballeros armados y de satisfacer a 40 mujeres. A esta bebida la llamó qáhwa o kawa. Esta expresión todavía es utilizada en todo el mundo para referirse a ella.

Es seguro que no podemos confirmar las historias anteriores, pero lo que sí se sabe con certeza es que ya en el siglo XV, los esclavos africanos llevaban el grano desde Sudán a Yemen y Arabia, a través del puerto de Moca, otra palabra asociada hasta nuestros días con el café. Sin embargo, era tal el nivel de descubrimiento que estaban realizando los árabes con respecto a lo que generaba el café en las personas, que se pusieron muy estrictos para no exportar los granos fértiles a otras latitudes.

Muchos fueron los intentos para lograr el contrabando, pero finalmente en el año 1616 los holandeses ganan la carrera, pudiendo sacar la semilla fértil para plantarla en un invernadero, que a pesar del esfuerzo no obtuvo los mejores resultados en el país mismo, pero si en algunas de sus colonias, hoy conocidas como Indonesia y Java.

Ya en esa fecha empezaron a proliferar las cafeterías en varios lugares de Yemen y Arabia, denominándoles “kaveh kanes” (casas del café), convirtiéndose en lugares muy concurridos donde se hacía mucha vida social, se hablaba de negocios, pero también de política y como bien se sabe, donde hay política hay conflicto, por lo cual se comenzaron a prohibir. Sin embargo, era tal la necesidad de las personas de consumir este brebaje, que las revueltas no se hicieron esperar, lo que se tradujo finalmente en la liberación del consumo de esta especial bebida.

No sin antes pasar hasta por conflictos religiosos, ya que para los musulmanes, fue considerada en un momento de la historia como una bebida para intoxicarse y para los cristianos al contrario, era una bebida prohibida. Como anécdota, el Papa Clemente VIII la declaró como una bebida de Satanás,  pero era tan deliciosa que después consideró que sería una verdadera lástima que solo los infieles pudieran disfrutarla, así que la bautizó y la denominó como una bebida cristiana.

También cuenta la historia, que una vez internado el café en Europa, a través de los comerciantes venecianos, también se tuvieron algunos resquemores y fue así como el rey Gustavo III de Suecia, no seguro de lo que podía provocar el café, ordenó hacer un experimento y convocó a una junta médica, que para investigar sobre los efectos positivos o negativos de esta bebida, determinó que a un reo con cadena perpetua dieran de tomar todos los días té y a otro, en la misma condición, le dieran de tomar todos los días café. Cuál fue la sorpresa, que con el pasar del tiempo, quienes primero murieron fueron los médicos, luego el rey y después de algunos años, el que tomaba té. La verdad no sé si será cierto, pero me contaron que el que tomaba café aún vive…

Como dato curioso, la primera cafetería del mundo fue instalada en Turquía y la primera de Europa en el año 1683 en la ciudad de Venecia, la cual hasta el día de hoy conserva su nombre “Caffè Florian” y puede ser visitada, hasta el día de hoy, cuando pase la pandemia por supuesto.

Paralelamente y solo unos pocos años después, se tiene registro que en Estados Unidos, la apertura de la primera cafetería fue en Nueva York, luego en Filadelfia y después en Boston, siendo en la primera, donde tanto la bolsa como su banco, comenzaron en establecimientos de café, lo que hoy es conocido como el distrito financiero de Wall Street.

¿Cómo llegó a América del Sur, convirtiendo a Brasil y Colombia en los principales productores y exponentes de este mercado? Eso se los quedaré debiendo para la segunda parte de esta maravillosa historia…