116 años de orgullo para Talca

116 años de orgullo para Talca

02 Noviembre 2018

Un 2 de noviembre de 1902 Talca fue testigo del nacimiento de una leyenda, del emblema más romántico de la ciudad, la rebeldía daba vida a Rangers de Talca.

Juan José Alfaro >
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Rangers es Talca, como Talca es Rangers, la piel se me eriza cuando hablo de ti, de tus huellas en mi vida, de tus marcas en nuestras calles, de tus raptos de locura, de tu amor centenario. El idioma de las emociones no es fácil de aprender para quien acuña su vida prescindiendo del vértigo, ahorrándose frustraciones o esgrimiendo que hay cosas más importantes de las cuales preocuparse, que el fútbol es un acto de sometimiento, una droga de uso masivo, o una buena coartada para esquivar los problemas, pero Rangers es mucho más que aquello, es un abrazo similar a una cadena que nos damos día a día con nuestros padres, madres, abuelos y bisabuelos, desde que aquel puñado de soñadores escogieron tu nombre para hacerte trascendente, para esculpir 116 años de un amor que sigue vivo pese a todo, pese a nuestros errores, a nuestras ausencias o a ese mundo foráneo que tanto maravilla.

No me imagino un amor que no se pueda tocar, que no se pueda mirar a los ojos, no me cabe en la cabeza que un talquino no ame su tierra, y no ame a Rangers, un patrimonio intangible de la talquinidad, sin identidad somos una hoja en blanco, un saco roto por donde escapan los sueños, y Rangers es atraparlos, acunarlos, vivirlos aunque a veces nos duelan, aunque a ratos parezcan tragedia, pero al fin y al cabo nuestros, y no hay mayor tesoro que lo propio, por cientos de estrellas que brillen en otros lienzos, no hay mejor cielo que luchar día tras día para que sea Rangers el que lo haga brillar.

Jamás he perdido la fe y te sigo alentando, desde aquella primera vez que crucé de la mano de mi padre las puertas del Fiscal, ese escenario brutal que me enamoró de ti, de tus colores, de la erre en el corazón, y vibré con el canto de la hinchada, con los goles que me regalaban héroes, con las campañas que nos mandaban al infierno, pero allí seguíamos, de pie, porque si nosotros no creemos en Rangers, ningún otro club lo hará por nosotros.

Rangers no me debe nada, es más, yo le debo mucho, no hay título que recompense tu presencia, sin tu sal nada tendría sabor, 90 minutos pasarían desapercibidos, sumergidos en el aburrimiento de lo doctamente importante, de lo que llena los bolsillos, pero vacía el alma, y Rangers es eso, el alma que moviliza a miles de talquinos, aquello que abre puertas cuando volamos a otros reinos, aquello que veneramos en la intimidad de nuestro corazón.

Para buscar justicia están los tribunales, para buscar amor solo están tus colores, roja y negra es mi espada, y por delante nos quedan muchas más batallas, no canten victoria, vamos en camino, en busca de todo aquello que olvidamos como si fuese un sino. 

Felices 116 años querido piducano, ya son muchos calendarios caminando de la mano, y lo mejor de todo está en construcción, estoy seguro que la vida me permitirá verte campeón.