La campaña de Universidad Católica en el primer semestre ha sido en una palabra: descollante. Como en muy pocas ocasiones puede verse en nuestro fútbol, el cuadro precordillerano se las ha arreglado para rendir sobresalientemente en el torneo local y a nivel internacional, marcando nuevos guarismos en la historia del club.

6 victorias, 2 empates y 2 derrotas en la Copa Libertadores, que sumados a la campaña en Chile arrojan un total de 17 victorias, 7 empates y 3 derrotas en lo que va de la temporada. En otras palabras, de los 81 puntos en total que disputó en sus 27 partidos jugados, logró conseguir 58, totalizando un 71,6% de rendimiento global. Una verdadera hazaña, que podría ser aún mejor en las estadísticas, faltando contabilizar los partidos que jugará por play-off.

Tal vez el estilo de su técnico marque la pauta para entender las claves de haber estado entre los 8 mejores de latinoamérica, haber obtenido el primer lugar exclusivo de la tabla general en Chile y, consecuentemente, la clasificación directa a la Copa Sudamericana tras el empate 2-2 con Universidad de Chile, cuando todavía restaba una fecha para terminar el campeonato.

Un estilo que consistía en hacer rotación constante de jugadores, para probar que el esquema fuera incorporado por todos; manejar el mediocampo y la ansiedad del rival, escondiendo el balón; y generar opciones de ataque con sus puntas, por los costados, sumando volumen ofensivo con su línea de medio campo, metiendo miedo a través de las pelotas detenidas.

Así las cosas, el panorama se viene más que auspicioso para la tienda cruzada. Porque ahora sólo estará concentrado en la consecución del 11º título, y contará con todo su plantel para lograrlo. No como en la mayoría de la agenda del primer semestre, donde tuvo que rendir en los frentes nacional y extranjero.

Por lo pronto, este jueves su rival de turno será Colo Colo, su “bestia negra” de las postemporadas. Es bien sabido que de las 10 veces que se han enfrentado en estas instancias, sólo 1 fue victoria para el equipo de la franja, y no bastó para pasar a una siguiente fase.

Pero la realidad futbolística actual relata otro cuento. Un Colo Colo deslucido, sin mucha gracia y con una propuesta de juego timorata, que alcanzó (por poco, y con mucho esfuerzo ante el colista Ñublense) a meterse por la ventana trasera a la fase de honor. Del otro lado, una Católica que quiere revancha, que anhela su primera vez, que irá con todo por el objetivo máximo, y que cuenta con los hombres y el fútbol para lograrlo.

¿Será capaz el cuadro universitario de sobreponerse a la historia?