¿Por qué Rangers de Talca es puntero?

21 Agosto 2012

El medio futbolístico nacional se hace esta pregunta, acá trataremos de develar algunas de las claves que tienen al Rojinegro en la cima del torneo de clausura.

Juan José Alfaro >
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Para muchos ha sido una verdadera sorpresa la campaña de los piducanos en el clausura, más aún teniendo en cuenta la irregular campaña del apertura donde terminaron las 17 fechas con apenas 18 unidades en el décimo cuarto lugar, rozando la zona de promoción.

La misión de los dirigidos de Giovagnoli estaba clara, había que sumar la mayor cantidad de unidades para escapar prontamente de la zona baja de tabla y de ahí en más aspirar a nuevas metas. La primera decisión del estratega argentino fue dolorosa pero clave para confirmar su liderazgo, prescindió de 9 jugadores del plantel buscando imprimir su sello a un equipo que le costaba encontrar una fisonomía definida.

Con casi 2 meses por delante para que comenzara el clausura, Giovagnoli y su plantel iniciaron un silencioso trabajo que tenía por finalidad reafirmar convicciones y acercar la pizarra al campo de juego.

El margen para el error era escaso y Giovagnoli y la dirigencia escogieron con pinzas las incrustaciones que llegaron al plantel, Silva, Vera, Llanos y Rojas parecían pocos en número pero han sido fundamentales en el presente del cuadro Piducano.

La primera clave del nuevo Rangers está dada por la suba general de rendimiento de todo el plantel, donde destaca la solidez de Nicolás Peric, que olvidó los sinsabores del primer torneo y se concentró en lo que mejor sabe, defender el arco con profesionalismo y corazón. Desprovisto de su condición de capitán, el portero talquino olvidó todo tipo de reyertas con los árbitros y esta nueva predisposición lo tiene nuevamente como uno de los mejores en su puesto.

La línea de 3 en el fondo formada por Ledesma como líbero, Capelli por derecha y Tapia por izquierda han regalado una sincronía clave para mantener el arco en cero y desde ahí construir las victorias. Ledesma con la jineta de capitán en su brazo, obtuvo esa serenidad que necesita el último hombre, atrás quedó su fuerza excesiva en la disputa del balón, y sus incursiones ofensivas que dejaban forados en la zaga, hoy es la primera torre de defensa de su portero.

Tapia llegó con las aprehensiones propias de quien muda de una división menor, y hoy se alza como uno de los mejores en su puesto, disciplinado, regular, con gran anticipación, cabezazo y últimamente haciéndose amigo del gol.

Capelli alcanzó la plena madurez en el fútbol chileno, el ímpetu que le costaba expulsiones y penales dio paso a la elegancia y una entrega encomiable, que definitivamente representa el espíritu de un guerrero Rojinegro.

La línea de carrileros es otro de los puntos altos de los piducanos, Reynero luego de poner en duda su continuidad en el club tomó un segundo aire y se ha convertido en un agente ofensivo capaz de perforar defensas con saldo a favor en el tanteador, su velocidad en el uno contra uno lo tienen en el mejor momento de su carrera profesional.

Andrés Oroz dejó atrás sus lesiones y volvió a ser él mismo que conocíamos en Talca, una zurda prodigiosa tanto para defender como para marcar en arco contrario, un trabajador de la banda que asegura responsabilidad en todo su recorrido del campo.

La salida por lesión de Scatolaro se transformó en una nueva dinámica del medio campo de contención, Villaseca ahora está acompañado de Vera y esta dupla ha sido el nuevo motor del elenco Rojinegro, Villaseca aporta el “torque” y Vera los “hp”.

La partida de Maidana en pleno comienzo del torneo dejó en muchos de nosotros dudas sobre el relevo del talentoso volante creativo, pero Silva se encargó rápidamente de sacarnos la preocupación y se adueño de la aduana talquina con una personalidad digna de quien busca trascender defendiendo una camiseta.

Caraglio durante buena parte de la campaña tuvo que bregar en solitario en busca del gol y vaya que lo hacía bien, pero la llegada de Llanos sólo vino a potenciar su labor, la complicidad nació en el acto y hoy parecen llevar años jugando juntos, no se quitan espacios, se mueven con soltura construyendo paredes en pos del gol.

El arribo en el comienzo de la intertemporada de Leonardo Dolce, el nuevo preparador físico de los talquinos, ha sido clave en la adquisición de un fondo físico que ha permitido en muchos partidos sobrepasar a sus rivales en todas las líneas del campo. Acá Giovagnoli demostró una vez más su capacidad para detectar las fallas del primer torneo y demostrar que no sólo un buen dibujo táctico asegura el éxito, sino que un equipo de trabajo afiatado y con un norte claro.

El trabajo de Dalcio Giovagnoli ha hecho patente que no es un dogmático del fútbol ni menos un romántico, cuando ha tenido que cerrar partidos o bajar la intensidad de los ataques no ha caído en las fauces de “morir en la suya”, sino que demuestra el manejo y conocimiento de varios sistemas tácticos y es capaz de aplicarlos según la fase del partido, Giovagnoli como dicen al otro lado de la cordillera es un inteligente “laburante del fútbol”.

La táctica fija ha reditado goles y ocasiones de tales, desnudando que el manoseado término “trabajo de la semana” se hace carne cada fin de semana en que los talquinos salen a defender su oportunidad de ser mejores.

Los relevos del equipo de la R también han sido un factor de sana lucha interna que mantiene al once ideal reafirmando minuto a minuto sus credenciales, ya que saben que hay compañeros calificados para sucederlos cuando la ocasión lo amerite.

En fin, éstas son algunas de las claves que explican el actual momento de los Rojinegros, donde la convicción ha jugado un papel más que fundamental para amalgamar el camino hacia mejores estaciones.