“Vestir la Rojinegra es un orgullo único”

Gonzalo Vilos es un talquino hasta la médula, ingeniero constructor, casado, padre de 2 hijos, y ante todo un Ranguerino a tiempo completo. Asiste al estadio desde el año 81, y  la campaña del 83 aún no la olvida. “Me hice Ranguerino gracias a un banderín que me regaló otro vecino, Mauricio Jara, el “Piroca”, y pese a que mi padre no es tan deportista, gracias a unos amigos de él que lo hicieron socio, me llevaba al estadio desde chico”. Con mi hermano Nicolás nos enamoramos de la camiseta desde el primer día y hoy somos nosotros los que llevamos  a el “viejo pelao” Víctor Vilos al estadio, y nos “agancha”. El es feliz al ver a sus hijos y nietos felices en el estadio.

Rangers ha estado siempre dentro de nuestra familia, mi hermano fue parte del equipo que hizo el libro del centenario, fue gerente. Yo participé ad honorem en la pagina web www.rangers.cl por casi 5 años. Rangers es parte de mi vida familiar.

Gonzalo, ¿cuándo llegó a tus manos la primera camiseta de Rangers?

El 84, es una blanca (mangas cortas rojas y negras) que ya no tiene insignia, ni PF, me la regaló un vecino de la Villa Maule, yo vivía en Las Palmas, al sur de la Florida. Mi vecino Cristián Santander  jugaba en las cadetes de Rangers, y esta camiseta se la había regalado Juan Ubilla, tenía el número 4, que ahora ya no se ve.

¿Cuándo pasó a ser una colección?

Hace aproximadamente 10 años. Con mi hermano Nicolás tuvimos siempre la intención de hacer un café estilo argentino “Locos por el futbol”, a llamarse “Locos por el Rangers”, espero no me copien la idea, pero eso quedó ahí. Hace unas semanas estuve de vacaciones, y ordenando mi ropa me pregunté cuántas camisetas tenía, así que las ordené y saqué éstas fotos. Espero seguir ampliándola, además tengo 2 polerones de buzos, uno Diadora, que era de Cristián Montecinos, y uno Mitre.

¿Tienes alguna preferida o que tenga una historia especial?

Sin duda la Adidas del 93, que tiene el nro. 3, que además fue vestida por Cristián Jelvez, y me fue regalada por el entonces presidente de la institución Fernando Jiménez, de quién estoy enormemente agradecido. Ojalá algún día a Rangers lo vista Adidas nuevamente.Otras que sin duda tienen cariño son las del centenario 2002, por que fui a toda la campaña, y lloré con la derrota en San Carlos.

¿Hay alguna que te gustaría tener?

Todas, pero sin dudas la de recambio blanca del 93 (Adidas) y la de recambio gris con negro del 2000 (Ulshport), que tiene una historia especial, pues un embaucador de Concepción me las ofreció, junté a varios amigos, reunimos la plata, la deposité, pero me hicieron el cuento del tío, la ilusión de tenerlas me cegó y no tomé los resguardos. Al menos me quedé con el recuerdo del ascenso, y de llenar toda la bandeja poniente de Collao.

¿Qué significado le das a vestir una camiseta de Rangers?

Todo lo que dice nuestro himno, el arraigo por mi Talca es a mil, pese a haber estudiado en Concepción, siempre dije que me radicaría en mi ciudad, se sufre mucho estando lejos de Rangers, y acá estoy desde el 2001 aproximadamente. Ahora con familia se complica más salir afuera, pero en Talca no fallamos con mi hijo Martín de 7 años, que hoy se cree Peric. Por tanto vestir la Rojinegra, es un orgullo único, más cuando estás fuera de Talca.

¿Cuál es tu primer recuerdo asociado a Rangers?

El banderín que me regaló mi vecino cerca del 81-83, y la campaña del 83, y mi salida como mascota que está publicada en los cuentos rojinegros que se editó el 2002 para el centenario.

¿Qué rol cumplen los piducanos en tu vida?

No se bien a qué te refieres si al Talquino o al Ranguerino, creo que deberían ser uno solo, pues para mí ser talquino es ser Ranguerino. En cuanto a los Ranguerinos y Piducanos, forman parte de una gran familia, es un agrado ver sobre todo de visita, como se apoyan unos con otro. Debo destacar a la Barra Oficial, que en mis tiempos de estudiante me dieron muchas manos cuando yo viajaba solo desde Concepción a otras ciudades, siempre me brindaron su apoyo para el retorno a Talca o a Concepción.

¿Tu mayor alegría y mayor tristeza siguiendo al Rojinegro?

La mayor alegría haber llegado a la final el 2002 y que hoy mi hijo me acompañe al estadio. La mayor tristeza, no haber ganado el campeonato de 2002, era la posibilidad para que muchos Ranguerinos de edad cumplieran su sueño de 100 años, yo espero morirme con ese sueño cumplido. La otra gran tristeza, fuel el “calamazo”, por como se batalló para tratar de zafar y por ese error admirativo se fue todo a la mierda.

¿Qué esperas de la campaña 2012?

Que el equipo tome un juego y sea regular, siendo regular nos podemos ilusionar con lo máximo, el campeonato soñado. Y siendo realista conciliar el juego, y no pasar zozobras a fin de año, y poder armar un equipo con aspiraciones el 2013.

¿Cómo debería celebrar Rangers sus 110 años de vida?

A concho, creo que la SADP tiene pendiente el tema del marketing, deben sacarle provecho a los 110 años, eso sí, para esto la hinchada y la ciudadanía deben responder.