La reactivación económica con enfoque de género: Desafíos develados en pandemia

06 Noviembre 2020

Gran parte del cambio a la hora de generar un panorama favorable para que las mujeres puedan insertarse en este sector es cultural, luchando contra los estereotipos que alejan tanto la contratación de mujeres como el interés de las mismas por insertarse y desarrollarse en la construcción.

Catalina Garrido >
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La pandemia por COVID-19 viene golpeando nuestro país desde hace ocho meses, y tanto desde la situación actual a nivel nacional como a escala internacional, se prevé que éste sea un panorama que nos toque enfrentar durante un tiempo que hasta ahora ha sido considerado como indefinido.

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Este escenario pone en alerta las diferentes estrategias de fomento y reactivación que ha elaborado el Gobierno de Chile como solución al fuerte impacto que tuvo la crisis sanitaria en la economía y su consecuente afectación en el empleo, la cual, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, en La Araucanía contrajo la creación de los puestos de trabajo que se habían establecido en los últimos 10 años.

Pero tal y como ocurre al abordar gran parte de los fenómenos que analizamos, es sumamente necesario que esta reactivación económica incorpore un enfoque de género, considerando que la manera en como esta pandemia ha afectado a hombres y mujeres es particularmente distinta. Según datos de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), durante el último trimestre móvil del 2020 (julio-agosto-septiembre), la tasa de ocupación a nivel regional alcanzó el 40,3%, con una leve mejoría respecto al trimestre móvil anterior. En tanto, al considerar la situación de hombres y mujeres, la tasa de ocupación del primer grupo llegó al 49,6%, mientras que, al considerar la situación de las mujeres, esta cifra llega apenas al 31,5%. Dicho panorama es preocupante si se toma en cuenta que en La Araucanía la tasa de participación de las mujeres durante el trimestre ya mencionado alcanzó un 35,9%, es decir, más del 60% de las mujeres en edad de trabajar se encuentra fuera de la fuerza de trabajo, lo que se debe en gran medida a la situación de inactividad provocada por actividades de cuidado de personas dependientes, que se ha visto aumentada en la situación de pandemia.

Si ponemos atención a las estrategias de reactivación del Gobierno, establecidas en el denominado “Plan Paso a Paso, Chile se Recupera”, observamos medidas tales como subsidios de incentivo a la contratación de mujeres, jóvenes entre 18 a 24 años y personas en situación de discapacidad, así como apoyos a la reactivación de las pymes y la agilización de tramitaciones en esta materia, siendo una de las estrategias más importante la inyección de recursos para la inversión pública y privada, principalmente en materia de infraestructura, la cual pretende lograr la creación de más de 300.000 empleos.

Sin embargo, al considerar este eje de inversión y fomento del empleo es difícil pensar en una incorporación masiva de mujeres, considerando que durante el año 2019 la inserción de mujeres en el sector en La Araucanía rondaba cerca del 7%, posicionando a la construcción como uno de los sectores más masculinizados, a diferencia de lo ocurrido en otros rubros con inserción tradicional de mujeres, como son el comercio, turismo y servicios, los cuales se han visto profundamente afectados durante esta pandemia producto de las medidas de confinamiento. En este sentido, respecto a la inserción femenina en la construcción de La Araucanía, y de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demanda Laboral del Observatorio Laboral Araucanía (2019), del total de mujeres que se desempeñaban en la construcción dicho año, un 3% lo realizaba en la categoría de oficios, que es donde se encuentra la mayor cantidad de trabajadores del sector, mientras que el 44% participa en las labores de personal de oficina y administrativo, siendo este un grupo más acotado de trabajadores.

De esta forma, la actual estrategia de reconversión económica del Gobierno, que busca generar una creación masiva de empleos, supone importantes desafíos y oportunidades para la incorporación laboral de mujeres, la cual podría verse potenciada a través de estrategias de reconversión laboral en este sector que se posiciona como un eje estratégico de desarrollo del país. Este desafío requiere, entre otras cosas, generar un trabajo mancomunado a nivel público y privado para fomentar su incorporación. La Cámara Chilena de la Construcción, junto con el Ministerio del Trabajo, por ejemplo, han creado la mesa “Mujer y Construcción”, sin embargo, gran parte del cambio a la hora de generar un panorama favorable para que las mujeres puedan insertarse en este sector es cultural, luchando contra los estereotipos que alejan tanto la contratación de mujeres como el interés de las mismas por insertarse y desarrollarse en la construcción, pudiendo generar importantes oportunidades para emplear a aquellas mujeres que actualmente están desempleadas o en condición de inactividad, valorando los aportes que la incorporación de trabajadoras puede generar en la construcción como un efecto dinamizador del sector.

Imagen: Huawei / Agencia Uno