Chilena en la distancia: Votando desde lejos

Chilena en la distancia: Votando desde lejos

05 Noviembre 2020

Pensé que estaba a 4 horas en el futuro, por el cambio de horario, que en Chile aún era de madrugada. ¿Algunos ya se estarán levantando? ¿Será hoy el principio de lo que necesitamos?

Camila Orellana >
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El voto chileno en el exterior está permitido desde recién desde el año 2017 es por eso que las elecciones del Plebiscito no tan sólo fueron históricas en nuestro país, si no en el mundo a través de todos los que, independiente de la zona geográfica, nos conectamos ese día con la esperanza de un mejor Chile.

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En Suecia existe una de las poblaciones chilenas más numerosas en el exterior, las cifras oficiales llegan a 50.000 personas, sin contar a todos aquellos que no tienen una situación migratoria legal. A pesar de este gran número tan solo 1.400 personas se acercaron ese día, las teorías de esto son diversas, desconexión con Chile, desactualización de documentos de identificación, desconocimiento del cambio electoral. Aun así fue uno de los países extranjeros con más votantes.

Es por eso que la última votación fue un hito en el país Escandinavo, dos ciudades fueron locales de votaciones y gran número de chilenos, principalmente exiliados viajaron hasta estos dos puntos. Los consulados quedaron chicos y el 25 de octubre los hoteles que nos albergaron se convirtieron en territorio chileno, cueca, guitarra y banderas incluidas. A mí por cosas de la vida este momento histórico me encontró aquí y en primera línea.

La mesa 4 donde me encontraba se abrió oficialmente a las 8:25. El ruido ansioso de escuchaba fuera de la sala, la primera mujer que entró a votar venía muy nerviosa, la observé, sus manos de abuelita, sus ojos café, tenía muchas dudas en cómo doblar el voto en cómo poner la raya, hace más años de lo que podía recordar no se veía enfrentada a esta situación, traté de calmarla con una sonrisa a través de la máscara transparente que nos separaba. Si bien en Suecia nunca fue obligatorio el uso de esta, el Consulado tomó las mismas consideraciones que en Chile, y sorprendentemente para mí, todos se cuadraron y la usaron por primera vez para este día tan especial para muchos.

Cuando la anciana entró a paso calmado la escuché llorar y yo también lloré en silencio con ella ¿Cuál habrá sido la historia que hoy la hace emocionarse tanto? ¿Cuántos más se han encontrado con su propia historia o la familiar frente a la papeleta, solos en la urna? Al salir quise abrazarla, quise decirle que todo estará bien, que nos perdone si la justifica no llegó a tiempo, no hay nadie que le devuelva su sufrimiento pero quiero decirle que hay muchos como yo que estamos luchando para que nunca más en Chile alguien tenga que sufrir por lo que piensa, por ser pobre o diferente.

Pensé que estaba a 4 horas en el futuro por el cambio de horario, que en Chile aún era de madrugada. ¿Algunos ya se estarán levantando? ¿Será hoy el principio de lo que necesitamos?

Tengo pena de no estar en mi país, con mi familia, me cuestiono si por mis ganas de conocer el mundo, me estoy perdiendo el mío propio.

Salgo al lobby del hotel y estoy en Chile, su sonido acelerado y estridente, su calor, su gente. Respiro y me siento mejor, supongo que estoy donde tengo que estar, me digo a mi misma para tranquilizarme.

Ahora me toca a mí votar, reviso que los nervios no me jueguen una mala pasada, doblo el voto y lo apreto fuerte con mi mano hasta que se pierde de mí al entrar a la urna sin antes despedirme de él con un deseo de un Chile mejor.

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