Es necesario que la voz de los obreros sea escuchada

Es necesario que la voz de los obreros sea escuchada

01 Mayo 2012
60,8% de los trabajadores, más de 7 millones de trabajadores, declara ganar menos de $250.000. El Estado no debe temer a los trabajadores organizados y los trabajadores deben reconstruir su compromiso sindical; puesto que las actuales condiciones comprometen la dignidad humana.
Mario Bravo Barraza >
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El sindicalismo es un derecho natural

Cuando nuevamente se discutirá  el aumento del salario mínimo y llega otro 1 de mayo, fecha en que internacionalmente se conmemora el trabajo, “un deber y un derecho de cada uno de los seres humanos” Mater Et Magistra n. 44 (Juan XXIII), resalta la ausencia  en el debate público y la consecuente representación de sus intereses y obtención de mejoras,  de una voz eficiente y oportuna que represente a los trabajadores.  Organización que bien ya se les reconocía como un derecho natural y se les alentaba en la Encíclica Rerum Novarum en 1891, (Leon XIII)“Porque el hombre tiene derecho natural a formar tales sociedades” esto para “asegurar sus legítimos intereses”.  Tras tan largo período dicho llamado está aun pendiente.   

A 20 años del fin Dictadura es la manipulación política del movimiento sindical su principal defecto.

Eficacia y prontitud que no logra llegar de las actuales estructuras sindicales, las cuales escandalizan al país, al corroborar que organizaciones como CUT, FENATS  o el Colegio de Profesores, representan una minoría de trabajadores regidos por tiranías agrupadas bajo el control de partidos políticos como el comunista.  Las cuales, mas que representar al trabajador lo alejan de la tan necesaria asociatividad y lesionan su justa causa.

Pero esto no es nuevo, tal como lo diagnosticara el Padre Alberto Hurtado en su libro "Sindicalismo" como una de las trabas para el desarrollo del movimiento asalariado organizado. 

Las advertencias sobre la "cuestión social"

Tras las advertencias leoninas, en 1891, de la urgencia de la “cuestión social”, vino Pio XI  cuarenta años después a corroborar tristemente que  “a la libertad de mercado ha sucedido la hegemonía económica; a la avaricia del lucro ha seguido la desenfrenada codicia del predominio; asi, toda la economía ha llegado a ser horriblemente dura, inexorable, cruel”, a lo cual agregaría Juan XXIII en 1961 “determinando el servilismo de los poderes públicos a los intereses de grupo y desembocando en el imperialismo internacional del dinero”.  

Cuan vigentes suenan estos juicios 50 años después, en pleno siglo XXI,  sometido el mundo a la globalización de la economía, la acumulación del capital, la especulación financiera y la corrupción pública. 

7 millones de trabajadores ganan menos de $250.000 mensuales.

En nuestro país, donde  60,8% de los trabajadores, osea más de 7 millones de trabajadores, declara ganar menos de $250.000 –según la última encuesta ENETS de la dirección del trabajo--, y que ha venido claramente creciendo y fortaleciendo su economía, parece que el Estado olvidó que su rol es  asegurar el bien común, “...donde falta o es defectuosa la debida actuación del Estado reina un desorden irremediable, abuso de los débiles por parte delos fuertes menos escrupulosos, que arraigan en todas las tierras y en todos los tiempos, como la cizaña en el trigo” Mater et Magistra n.58. Puesto que resulta claramente el factor determinante en ello el aumento del ingreso individual y la mantención de precios.  Las utilidades de los grupos económicos chilenos han alcanzado tal nivel que es grotesco que se mantengan las estructuras de sueldo actuales. 

El Estado no debe temer a los trabajadores organizados.

Urge que este 1 de mayo los trabajadores recuerden “…cuan oportuno o necesario es que la voz de los obreros tenga la posibilidad de hacerse oir y escuchar más alla del ámbito de cada organismo productivo y en todos los niveles” MaterEt Magistra n.97 

Asimismo,  que el Estado no tema a los trabajadores organizados y reconozca que el actual estado de las relaciones laborales y el salario en chile, compromete la dignidad humana y por ello promueva con recta intención la asociatividad, dicha participación es el único medio de rescatar el movimiento sindical de las garras de estos grupos políticos y ofrecerá un interlocutor válido para un sano clima nacional. Entienda que una sociedad sana se construye a partir de principios de justicia y equidad. Siendo su “deber indeclinable contribuir activamente al mejoramiento de las condiciones de vida de los obreros” Mater Et Magistra n.20.  De lo contrario, no solo falta a su rol natural sino que promueve la agitación y disconformidad entre la sociedad.