Opinión: Aysén no está preparado para ser destino Lonely Planet

Opinión: Aysén no está preparado para ser destino Lonely Planet

28 Octubre 2016

Esta declaración tiene consecuencias insospechadas para una región como Aysén con todo lo bueno y lo malo que significa ser considerada para los gobiernos centrales como zona de sacrificio ambiental y que el manejo al interior del territorio deje mucho que desear. 

Andrés Gillmore >
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Lonely Planet uno de los sitios web más reconocidos a nivel mundial como consejero de destinos turísticos de intereses especiales; declaró hace unos días que la región de Aysén debe visitarse, que como destino natural es una “delicia visitarlo”, por sus hermosos glaciares, su cerveza artesanal y por entregarle al visitante la posibilidad de transitar por senderos en estado semi salvaje. Comparando la región austral con destinos de alto perfil mundial como Nueva Zelanda, Azores en Portugal y Perak en Malasia.

Esta declaración tiene consecuencias insospechadas para una región como Aysén con todo lo bueno y lo malo que significa ser considerada para los gobiernos centrales como zona de sacrificio ambiental y que el manejo al interior del territorio deje mucho que desear, donde  salmoneras y mineras contaminan con operaciones con altos índices y que además el ministerio de energía pretenda intervenir los ríos más emblemáticos de la región  con represas con muros de contención y embalses. Que exista un pésimo manejo de la basura y que muchas localidades tengan serios problemas con sus aguas servidas y no se tenga un PLAN  DE DESARROLLO REGIONAL, que identifique las áreas de uso de cada actividad y no exista rigurosidad en la fiscalización de los procedimientos de los servicios turísticos.

Me he dedicado al turismo de intereses especiales en Aysén desde 1984, cuando comencé  transportando montañistas europeos desde el Valle del León a los pies de campos de hielo norte (en esos años criaba ovejas y vacunos en ese valle del sur de Aysén) en el lago Leones, (entrada más rápida al monte San Valentín, el más alto de la patagonia con sus 3.994 m.s.n.m. vía campos de hielo norte). En 1994 a raíz de la crisis ganadera de Aysén, construí, desarrolle y opere el primer lodge de pesca con mosca del sur de la región en el sector del desagüe del Lago Carrera al lago Bertrand. Posteriormente desarrolle a 3 kilómetros al norte de la localidad de Puerto Guadal a orillas del lago General Carrera, el primer complejo turístico de intereses especiales con formato de Cabañas y Club House del sur de Aysén, orientados a actividades de montaña, cabalgatas, navegación, pesca y lugar de descanso para parejas, familias y tercera edad.

Paralelamente desde 1994 al 2012 fui secretario y vocero de la Corporación Costa Carrera (Agrupación de Empresarios Turísticos de la Cuenca del Baker) con el objetivo de desarrollar la incipiente actividad turística. Durante todo ese tiempo trabajé con un increíble grupo de personas, para proyectar la región como destino turístico y mejorar la calidad de vida de las comunidades, cuando poco y nada se conocía Aysén y se desdeñaba la región. Eran años donde todo era difícil y costoso y nadie creía en lo que estábamos desarrollando; que más que un negocio, habíamos transformado la actividad turística en una forma de vida para desarrollar el territorio y lo que nos guió realmente era un entrañable amor por la región.

El objetivo primordial de Costa Carrera fundamentalmente estaba en la sustentabilidad del territorio y que la actividad turística sacara de la pobreza a las comunidades. A sabiendas que la región y muy especialmente el territorio de la cuenca del Baker (desde Villa Cerro Castillo a Villa O'higgins) dada su magnífica calidad escénica, ambiental y climática, más temprano que tarde, habría intenciones por depredarla y si no se defendía, su destino final seria la destrucción total.

Esto obligó a la Corporación a entrar en batalla para defender el territorio de los salmoneros, de las transnacionales hidroeléctricas y de la incipiente minería del oro y en contra de los malos manejos ambientales que los mismos empresarios turísticos que comenzaron a llegar podrían hacer, si no contaban con una regulación y una fiscalización profesional, que en ese entonces no se aplicaba ante la falta de interés de las Municipalidades. No queríamos que Aysén se transformara en un destino como tantos otros, saturados y destruidos ambientalmente por la codicia y la no inexistencia de Estrategias de Desarrollo que entendieran la problemática. La estrategia de defensa se corono cuando nos aprobaron la declaratoria de ZOIT (Zona de interés Turístico) para la cuenca del Lago General Carrera en el año 2.000 (la primera de Chile) que permitio defender la cuenca de este gran lago de depredadores naturales y que los municipios de Río Ibáñez y Chile Chico, tuvieran acceso más expedito a los Fondos de Desarrollo Regional (FNDR) y se comenzará el proceso de urbanización y de revitalización social que tanto anhelábamos.

Desde hace unos 10 años la actividad turística ha sido entendida y valorada como proceso de desarrollo en la región. Políticos que antes no nos hacían caso, municipios, gobernaciones han entendido la importancia de la actividad, permitiéndoles a las comunidades hacerse parte y tener acceso a créditos para involucrarse en el tema. Con esto se ha logrado mejorar la calidad de vida de las comunidades y se ha entendido la importancia de la actividad y que Aysén tiene como base de sustentación social el turismo. Esto ha posibilitado la inversión de sumas considerables en promoción nacional y internacional, seminarios, debates, giras de emprendedores y la actividad ha tenido un crecimiento grandioso. Pero esto ha estado trayendo otros problemas. Porque como toda actividad, esta tiene una capacidad de carga y si no se respeta termina destruyendo su proyección.

Bajo los parámetros del Gobierno Regional, de muchos empresarios y emprendedores llegados en los últimos años a la región; el anuncio de Lonely Planet podría decirse que es la consolidación esperada y que el rendimiento económico sera de niveles insospechados y sacan cuentas alegres. Pero a decir verdad con mi experiencia de más de 25 años en la actividad y dada las condiciones actuales a sabiendas que la región cuenta con una capacidad de carga totalmente ultra pasada, más que un incentivo el anuncio del Lonely Planet se transforma “ EN EL ABRAZO DEL OSO”, sencillamente porque en la actualidad no existe en la región un PLAN ESTRATÉGICO DE DESARROLLO TURÍSTICO REGIONAL que proyecte sustentablemente la actividad de aquí a 20 años y  tenga calculado lo que se le esta exigiendo a la infraestructura regional, que con todo lo que ya visita ya esta al borde del colapso,  sumarle otros 350 mil visitantes, se transforma en un caos ambiental, social, cultural y de servicios de grandes proporciones; que más que ayudar puede representar lo contrario.

Una de las grandes discusiones que teníamos con Sernatur cuando representaba los intereses de los empresarios del sur de Aysén, era precisamente la capacidad de carga. Ellos  quieren comercializar y llenar la región. Nosotros los empresarios queríamos que vinieran a la región los que podíamos recibir, porque entendemos en la práctica el impacto de lo que significa tener que lidiar con ese excedente y que en turismo cuando no se llenan las expectativas, es más lo que se pierde que lo que se gana en todo orden de cosas. Diferente a lo que piensa una repartición pública, que solo trabaja para presentar números finales y mantener el cargo.  Aysén, no es una aerolínea que sobre vende un vuelo y salga impune de esa realidad.

Lamentablemente la región tiene desbalances estructurales para desarrollar la actividad turística sustentablemente y la desarmonía existente entre servicios, empresarios, emprendedores, comunidades, medio ambiente, cultura histórica y la problemática social, no tiene un orden y una proyección seria y profesional, produciendo un serio desbalance, que si no se resuelve a tiempo, puede tener serias repercusiones de relevancia para la proyección de la actividad turística en la región como un todo.

La relación de la actividad turística con el medio ambiente es básica y trascendental y se ha venido desdeñando la problemática, transformándose en un serio problema no resuelto en Aysén, dado su crecimiento desordenado en una región que no cuenta con una planificación profesional y de acuerdo con los desafíos imperante. Todos los que hemos trabajado por el desarrollo de la región, sabemos que es una obligación social de primer orden proteger el medio ambiente y con ello no solo se esta protegiendo la vida humana y la flora y fauna, también se protege la proyección social, comercial y cultural de la región, que permite armonía y balance a las comunidades y desarrollarse con sustentabilidad.

La mayoría de los modelos de desarrollo turístico bien sucedidos como Nueva Zelanda y los Azores en Portugal, no incrementaron la productividad económica y comercial de sus productos, sin tener un plan estratégico que calcule y proyecte la capacidad de carga de acuerdo con la infraestructura y proyecte su desarrollo en base a ello. Al no tenerse ese cálculo y un Plan Estratégico que reglamente la actividad, se termina destruyendo la actividad con modelos corto placistas, que terminan desbalanceando los procesos al apuntar solo a la difusión; olvidando la relación que debe de existir entre los emprendimientos con el sustento social y el formato ecológico de los territorios. En la actualidad tenemos el triste ejemplo del Parque Nacional Torres del Paine, con pésimos manejos de carga, que han destruido su medio ambiente, su calidad escénica y su denominación de origen. Esa realidad para Aysén no la queremos bajo ningún punto de vista.

Sin la existencia de un Plan de Desarrollo Estratégico Regional orientado al turismo, no es difícil predecir que en la actualidad no están las condiciones para seguir promoviendo la región y seguir pensando que todo se basa en promoción. Con la demanda actual basta, es preciso entonces mejorar la oferta. La falta de planificación estructural que determine los impactos y no se solucionen los problemas actuales que no son menores, terminarán desperfilando la actividad y generaran serios conflictos relacionados con el medio ambiente. Aysén antes de promocionar en las actuales condiciones, debería desarrollar un plan de inserción empresarial relacionado con los problemas de servicios, los ambientales y los sociales, que permitan evaluar el proceso y crear una hoja de ruta realista de certificación de servicios turísticos.

No podemos crear una matriz turística en una región tan espléndida como Aysén, sin la debida sustentación y pretender un crecimiento sustentable y con proyección de futuro. Debemos tener la capacidad de formular estrategias y propuestas con incentivos que mejoren la autogestión fiscalizada, profesional y responsable, para desarrollar productos y servicios que cuenten con denominación de origen, realzando el producto final y respetando la esencia de las ventajas comparativas de Aysén.