Panel analizó experiencias internacionales de diálogos y procesos constituyentes

Panel analizó experiencias internacionales de diálogos y procesos constituyentes

18 Junio 2021
El evento fue presentado por Alfredo Zamudio, director del Centro Nansen y Bárbara Unger, jefa de América Latina de la Fundación Berghof quienes expresaron, al inicio del panel, que todos los procesos constituyentes son únicos y que “no hay recetas, sólo experiencias para para compartir".
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Nueva Constitución, Participación ciudadana, Diálogo

La experiencia de los procesos constituyentes de Túnez y de Sudáfrica fueron expuestas en un panel internacional, donde se destacó la importancia de creer en el proceso y de buscar formas de destrabar desencuentros. 

¿Cómo han sido otros procesos constituyentes en el mundo? A pocos días de la primera sesión formal de los 155 convencionales que redactarán la nueva constitución a para Chile, el Centro Nansen para Paz y el Diálogo con sede en Noruega y la Fundación Berghof, de Alemania, llevaron a cabo un panel con dos destacados expertos que compartieron sus experiencias constituyentes en Túnez y Sudáfrica, entre otros lugares. 

El evento virtual fue presentado por Alfredo Zamudio, director en misión en Chile del Centro Nansen y Bárbara Unger, jefa de América Latina de la Fundación Berghof quienes expresaron, al inicio del panel, que todos los procesos constituyentes son únicos y que “no hay recetas, sólo experiencias para compartir” y que “Chile iniciará un proceso histórico y único con paridad”.

Christina Murray, quien fue parte de un grupo de siete expertos que asesoraron a la Asamblea Constitucional de Sudáfrica en la redacción de la Constitución de este país, entre 1994 y 1996, sostuvo que “sabíamos que si fallábamos no sería bueno para el país. Había personas con mucho miedo entre los miembros de la asamblea constituyente, de que sus intereses, sus valores no fueran considerados”. 

En ese mismo sentido Dhamir Mannai, quien fuera miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, entre el 2013 y el 2014, en Túnez, sostuvo que también “al inicio de este proceso había mucho miedo, mucha desconfianza ya que la gente no diferenciaba la Asamblea del Congreso Nacional. Nuestra asamblea estaba constituida por parlamentarios lo que generó mucha confusión. Y lo que ustedes están haciendo en Chile es mejor de lo que hicimos nosotros.”

Ambos panelistas coincidieron en que la participación ciudadana, de expertos y la transparencia de los debates internos de las asambleas, fue clave para llegar a un buen final de los procesos de Sudáfrica y de Túnez. Los panelistas contaron que hubo mucha interacción a través de internet, como también con la prensa y que a esto se sumaron muchos programas educativos con la ciudadanía, lo que sirvió para una mayor participación ciudadana y comprensión de los temas.

Dhamir Mannai destacó que “la inclusividad es algo clave. Tuvimos que ponernos en los zapatos de los otros. Y pensábamos en que esto lo estamos haciendo para las futuras generaciones y debíamos olvidarnos de nosotros”. Para Mannai el proceso en Túnez “fue muy transparente, con un claro acceso al público”.

Ante una de las preguntas del público relacionada al cómo enfrentar la rabia y los miedos que puede existir al interior de los constituyentes, Damir Mannai sostuvo que “la primera lealtad debe ser con el pueblo. Y las personas deben entender que los miembros de la Asamblea Constituyente tienen que escuchar a toda la sociedad y a aquellos que no tienen experiencia política”. 

A su vez, Christina Murray dijo que “en Sudáfrica hicimos un proceso de construcción nacional, de colocar al país a trabajar conjuntamente con un líder extraordinario como lo fue Nelson Mandela. El rol de las mujeres fue clave en ayudar a construir vínculos entre personas de distintas comunidades”. Agregó que no fue un proceso fácil dado que los integrantes de la Asamblea elaboraron versiones preliminares “que daban tres o cuatro posibilidades diferentes para las discusiones, es decir fue un proceso con muchos matices”. 

El experto de Túnez recordó que la composición de la asamblea “fue un mosaico de personas independientes, quienes tuvieron un rol muy importante. De los 220 integrantes sólo hubo 80 personas militantes de partidos y fuera de la Asamblea tuvimos a la sociedad civil con un rol muy importante”, además de destacar la importancia de incluir a las personas desde los inicios del proceso, por ejemplo, haciendo encuentros regionales. 

Murray añadió que en Sudáfrica “hicimos muchos programas educativos y sentíamos que había un diálogo, que había transparencia y accesibilidad para todos. Fue muy relevante el hacer documentos educacionales para los distintos grupos de la sociedad y de esa manera se auspició - bajo el alero de la asamblea- la participación ciudadana”. 

Sobre las reglas internas, Christina Murray recordó que en Sudáfrica, “lo más importante es que establecimos un comité ejecutivo. Todas estas reuniones eran públicas y no excluimos a nadie. Hicimos muchas pausa y tomamos mucho té para bajar la temperatura de los debates y a veces hasta muy avanzada la madrugada”. En tanto Mannai, explicó que en Túnez se organizaron en torno a grupos de especialidades o intereses y que confiaban en las capacidades de otros para escribir un texto que fuese votado por todos.

Murray señaló que “nos dimos cuenta que no había que sobrecargar este proceso de redacción de la Constitución. No podíamos solucionar todos los problemas, pero crear una base para mejores leyes”. También añadió que fue clave para el proceso tener un tiempo acotado para la tarea que tenían en común.