Más allá de los bonos COVID-19: ¿qué pasa con la salud mental de las personas?

02 Julio 2020

Si bien se han entregado ciertos beneficios debido a la contingencia del COVID-19, éstos debieran asegurar un ingreso económico mayor a un salario mínimo hasta que todo se normalice, en pos de la salud mental de los más afectados.

Walter Sepúlved... >
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El distanciamiento social ha sido la principal estrategia para evitar la propagación del virus a nivel mundial, pero esto ha generado una reducción de las actividades sociales y económicas. La cuarentena total o parcial ha sido implementada por diferentes países, y recomendada por la Organización Mundial de la Salud. A pesar del beneficio que tiene para disminuir la velocidad de expansión del virus, el aislamiento total puede tener efectos negativos para la salud física y mental, que muchas autoridades y expertos del área no han analizado en profundidad.

Los bonos de contingencia por el coronavirus también han sido una estrategia por los diferentes gobiernos para calmar el impacto económico como consecuencia de la cuarentena ayudando a las familias más pobres y a las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, lo que muchos no saben que el beneficio de estos bonos va más allá de un aporte material o económico y que es necesario que esté presente durante todo el proceso de la pandemia.   

Recientemente hemos estudiado con nuestro grupo de investigadores de Brasil, Chile y España los efectos del aislamiento social para la salud de las personas. Donde hemos observado que el impacto de éste ha provocado efectos muy perjudiciales para la salud, asociados a depresión, ansiedad y disminución de la actividad física.

En este sentido, en uno de nuestros estudios realizado con más de 1000 adultos de diferentes regiones de Brasil, con distintos tipos de aislamiento social (total o parcial), observamos que las personas que reciben un ingreso mensual igual o menor a un salario mínimo presentan altos índices de ansiedad y depresión. Por lo que la reducción de los salarios, despidos masivos y el aumento de las deudas produce un gran estrés en diversas variables psicológicas llevando a generar depresión y trastornos del sueño. Adicionalmente se han observado otros síntomas como desorientaciones, delirio y problemas de memoria principalmente en los ancianos.

Entonces, la cuarentena por el COVID-19 es una variable que debe analizarse desde diversas perspectivas, debido a que están envueltos factores como la disminución de la interacción social y el estrés provocado por la reducción significativa de los ingresos o la cesantía. Adicionalmente, es importante analizar el tiempo que dura el aislamiento porque su impacto negativo depende de la duración de éste. Muchos autores se preguntan ¿Cuánto debería durar la cuarentena? Podemos observar que muchos países ya están volviendo a la calma, principalmente aquellos que tuvieron un control adecuado del confinamiento, donde tanto las autoridades como la población colaboraron para evitar la propagación masiva del virus.

¿Qué ha pasado en América Latina y otros países donde las autoridades no se tomaron en serio el COVID-19 desde el inicio? Estos países son los que hoy en tienen las mayores tasas de contagios y la cuarentena se proyecta a ser muy larga cómo en Estados Unidos y Brasil. A modo de ejemplo, en este último país, el mismo Presidente Bolsonaro, subestimó el virus diciendo que se trataba de una “simple gripesiña”.  Esto incentiva que la misma población no respete las normas de aislamiento. De esta manera, la cuarentena se propagará por más tiempo y de igual manera su impacto negativo para la salud y para lo que tanto le importa a los políticos y empresarios que es la economía.

Por esta razón, los estudios sobre el impacto del aislamiento social para la salud concuerdan que el período de la cuarentena debe ser lo más corto posible. Es por ello que las autoridades deberían en primera instancia actuar adecuadamente para mantener la cuarentena por el periodo más corto posible y proveer un apoyo económico a aquellos que reciben un ingreso mensual igual o menor un salario mínimo. Este aporte debe ser mayor en ciudades donde el costo de vida es más alto, familias numerosas y en adultos mayores que tiene altos gastos en medicamentos. Asimismo, el aporte económico debería proveerse por todo el período de la cuarentena ya que de esa manera podremos disminuir los efectos que está generando la cuarentena para la salud de las personas y evitar también futuras complicaciones que se traducirán en más gastos para el sistema de salud.