5 razones por las que debemos entender la pobreza como un contexto

29 Marzo 2016

Para Florentina Browne, Trabajadora Social de Fundación Proyecto Propio, el trabajo en contextos de pobreza debe potenciar el rol de un usuario activo por sobre un beneficiario pasivo.

Especial >
authenticated user Editor

Hace unas semanas, la Fundación Proyecto Propio compartía la campaña Nadie es Pobre, que invita a cambiar la mirada tradicional que tenemos de la pobreza, hoy, en una segunda etapa, el llamado es a entender la pobreza como un contexto y no atribuir esa condición a las personas, lo que debiera llevar a asumir la responsabilidad que todos tenemos en la transformación  de estos contextos, en focos de desarrollo.

Para Florentina Browne, Trabajadora Social de Fundación Proyecto Propio, el trabajo en contextos de pobreza debe potenciar el rol de un usuario activo por sobre un beneficiario pasivo.

“El trabajo que desarrollamos en los distintos territorios donde nos insertamos no busca solamente entregar soluciones concretas a las personas, sino que apunta más bien a generar momentos o experiencias donde los vecinos y vecinas puedan ejercer su capacidad de actores o agentes del barrio. En este sentido, nos interesa que los vecinos se reconozcan como sujetos de derechos y deberes que poseen las capacidades necesarias para incidir en el desarrollo de su territorio”, señaló.

A continuación presentamos cinco puntos que te ayudarán a comprender por qué debiéramos reconocer que no hay personas pobres, si no que contextos de pobreza

1. Reconocer  la pobreza dentro de un contexto, nos permite abordarla de una forma distinta, entendiendo que la pobreza de un contexto es generada por todos los actores que se relacionan con él y por tanto son todos responsables de cambiarlo, incluyendo a organismos públicos, empresas privadas y a la comunidad.

2. Cuando abordamos la pobreza desde una visión contextual, dejamos el espacio para que las empresas privadas inviertan socialmente desde la lógica de una responsabilidad compartida, lejos de la donación o el aporte filantrópico. Esto favorece el compromiso de los privados con la comunidad a la que pertenecen y fomenta el trabajo en conjunto.

3. Simetría en la relación, cuando el trabajo social se realiza a partir del concepto de contextos de pobreza, se enfoca en la coordinación de todos los involucrados, en condiciones de simetría, es decir, en donde nadie se sitúe por sobre otro. Esto facilita la generación de acciones sustentables que garanticen el impacto en territorios con contextos de pobreza y que beneficien a la comunidad en su conjunto.

4. Erradicar las etiquetas, mirar la pobreza desde este enfoque, facilita la separación de la visión estigmatizadora y segregadora de quienes comúnmente son considerados “pobres” o “excluidos”. Bajo esta premisa, Fundación Proyecto Propio, promueve el uso de un lenguaje que le otorgue valor a las personas, reconociendo sus capacidades, visiones e historia en el territorio.

5. Reconocer a los habitantes como expertos, el último punto y tal vez el más importante de todos es que entender la pobreza como un contexto, nos permite reconocer a los vecinos y vecinas como los verdaderos expertos en su territorio, pues son ellos quienes lo perciben de manera más completa.  Esta idea lleva a reconocer que para transformar contextos de pobreza debemos promover experiencias de equidad y de ejercicios de derecho, fortalecer la organización e incentivar el ejercicio de la ciudadanía en todo ámbito.

Si deseas obtener más información sobre este tema, puedes visitar www.nadieespobre.cl

Hace unas semanas, la Fundación Proyecto Propio compartía la campaña Nadie es Pobre, que invita a cambiar la mirada tradicional que tenemos de la pobreza, hoy, en una segunda etapa, el llamado es a entender la pobreza como un contexto y no atribuir esa condición a las personas, lo que debiera llevar a asumir la responsabilidad que todos tenemos en la transformación  de estos contextos, en focos de desarrollo.

Para Florentina Browne, Trabajadora Social de Fundación Proyecto Propio,  el trabajo en contextos de pobreza debe potenciar el rol de un usuario activo por sobre un beneficiario pasivo, “El trabajo que desarrollamos en los distintos territorios donde nos insertamos no busca solamente entregar soluciones concretas a las personas, sino que apunta más bien a generar momentos o experiencias donde los vecinos y vecinas puedan ejercer su capacidad de actores o agentes del barrio. En este sentido, nos interesa que los vecinos se reconozcan como sujetos de derechos y deberes que poseen las capacidades necesarias para incidir en el desarrollo de su territorio”.

A continuación presentamos cinco puntos que te ayudarán a comprender por qué debiéramos reconocer que no hay personas pobres, si no que contextos de pobreza

1. Reconocer  la pobreza dentro de un contexto, nos permite abordarla de una forma distinta, entendiendo que la pobreza de un contexto es generada por todos los actores que se relacionan con él y por tanto son todos responsables de cambiarlo, incluyendo a organismos públicos, empresas privadas y a la comunidad.

2. Cuando abordamos la pobreza desde una visión contextual, dejamos el espacio para que las empresas privadas inviertan socialmente desde la lógica de una responsabilidad compartida, lejos de la donación o el aporte filantrópico. Esto favorece el compromiso de los privados con la comunidad a la que pertenecen y fomenta el trabajo en conjunto.

3. Simetría en la relación, cuando el trabajo social se realiza a partir del concepto de contextos de pobreza, se enfoca en la coordinación de todos los involucrados, en condiciones de simetría, es decir, en donde nadie se sitúe por sobre otro. Esto facilita la generación de acciones sustentables que garanticen el impacto en territorios con contextos de pobreza y que beneficien a la comunidad en su conjunto.

4. Erradicar las etiquetas, mirar la pobreza desde este enfoque, facilita la separación de la visión estigmatizadora y segregadora de quienes comúnmente son considerados “pobres” o “excluidos”. Bajo esta premisa, Fundación Proyecto Propio, promueve el uso de un lenguaje que le otorgue valor a las personas, reconociendo sus capacidades, visiones e historia en el territorio.

5. Reconocer a los habitantes como expertos, el último punto y tal vez el más importante de todos es que entender la pobreza como un contexto, nos permite reconocer a los vecinos y vecinas como los verdaderos expertos en su territorio, pues son ellos quienes lo perciben de manera más completa.  Esta idea lleva a reconocer que para transformar contextos de pobreza debemos promover experiencias de equidad y de ejercicios de derecho, fortalecer la organización e incentivar el ejercicio de la ciudadanía en todo ámbito.

Si deseas obtener más información sobre este tema, puedes visitar www.nadieespobre.cl