Cine porno en Chile: Me gusta, pero me asusta

Cine porno en Chile: Me gusta, pero me asusta

09 Septiembre 2012

¿Por qué este tipo de cine no es catalogado por algunos como tal? ¿Por qué parte de la sociedad oculta sus gustos por miedo al qué dirán? El llamado es a profesionalizar el género e invertir en contenidos de calidad, a fin de poder competir de igual a igual con otros mercados.

César Medina Lazcano >
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Más que un tabú, lo cierto es que a la sociedad chilena le cuesta hablar de lo que ocurre detrás de cuatro paredes, sobre una cama o al frente del televisor. Con los años esta rama del cine se ha ido fortaleciendo, y que partió casi de la mano con su orígen, como el caso de los hermanos Lumiere, los cuales a pocos minutos de inventar el cinematógrafo, maquinaron la filmación de las aventuras amorosas de su vecina.

Son muchos los que consideran el cine porno como basura. Sin embargo otros valoran la existencia de films que invitan a despojarse de las trancas y modificar el actuar, gustos y placeres. Por lo mismo, no es de extrañar que más jóvenes - adultos recurran a esta rama del cine para estimular sus instintos a la hora de amar.

¿Por qué este tipo de cine no es catalogado por algunos como tal?. ¿Por qué parte de la sociedad oculta sus gustos por miedo al qué dirán?. Lo cierto es que la sociedad chilena desde sus inicios se rige por una conducta conservadora, heredada del machismo patriarcal de la colonia española o simplemente por la influencia de la iglesia católica en la población.

El cine chileno de este tipo está en retroceso, siendo prueba de ello la calidad de pre –post producción que presentan cintas nacionales en comparación a las “pornos” extranjeras. Tanto “Garganta Profunda”, dirigida por Gerard Damiano en 1972 y protagonizada por Linda Lovelace, o la cinta francesa "Io, Emmanuelle" de 1974; son íconos en el género que, a pesar de tener más de tres décadas desde su grabación, siguen estimulando al más frio de los humanos.