Un donante cadáver de 52 años proveniente de Longaví ayudó a mejorar la calidad de vida a tres pacientes en lista de espera con un trasplante de hígado y dos de riñón.

El procedimiento se llevó a cabo el sábado en el Hospital Regional de Talca.

“El sábado a las 5:00 de la mañana llegó el equipo de Las Condes, como a eso de las 9:00 sacamos los riñones y se quedó un riñón en casa, el otro se fue al Hospital Barros Luco (Santiago), los dos receptores están afortunadamente bien, evolucionando a las pocas horas de trasplantados, el del hígado también está bien”, describió a Diario El Centro el cirujano de trasplante de dicho centro asistencial, Francisco Dubournais.

Una de las beneficiadas fue Ingrid Escudero, de 30 años de edad y proveniente de Colbún. “Este trasplante es un hito, porque es el primer donante cadáver procurado en casa. Gracias a la generosidad de una familia de Longaví que donó los órganos se pudo salvar tres vidas, no más porque tenía un grupo sanguíneo que no es habitual en nuestra población chilena. Es el primero que se procura acá -después del terremoto- y se queda acá”, destacó Dubournais.

Los otros dos órganos fueron para pacientes de otras regiones.

Damaris Escudero, hermana de Ingrid, comentó que “nosotros no la veíamos con muchas expectativas, aparte de que ella es mujer, tenía que dializarse tres veces a la semana, tenía que dejar a sus niños solos y ya ella estaba agotada de la diálisis, ya estaba a punto de tirar la esponja y le llegó este milagro”.

Por esta razón, cambió su postura sobre la donación de órganos. “Que la gente lo converse en casa, porque yo antes era partidaria de no donar, pero cuando se enfermó mi hermana ya lo pensé y es como darle vida a otra persona. Tenía miedo de que me iría sin nada. Pero ya es un tema conversado, porque así como le salvaron la vida a mi hermana, se la pueden salvar a muchas personas más”, recalcó Damaris Escudero.

Actualmente, existe una lista de espera de 180 trasplantes de riñón en la región del Maule. Según Dubournais, por cada millón de habitantes debería haber al menos 11 donantes al año en esta zona, pero eso no ocurre.

“Algo pasa en el Maule que no se está donando lo que debiera, yo creo que no se está conversando el tema, hay desconocimiento y muchas cosas, no hay sensibilización en la población acá. Este año es el quinto trasplante donante cadáver y cuatro han llegado de Santiago”, lamentó Dubournais.