Fundación Sol: “Una persona que gana sueldo mínimo y tiene una familia sigue siendo pobre”

14 Julio 2012

Continúa la discusión entre los 193 mil pesos y los 200 mil pesos.

Julia Alsina >
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La discusión sobre el salario mínimoha caldeado los ánimos tanto de la clase política, como de los trabajadores. La Fundación Sol plantea otra salida a las cifras que se han planteado esta semana en laCámara de Diputados. Además,Valentina Doniez, de la Fundación Sol asegura que el debate debería ser más profundo y cuestionarnos qué derechos tienen los trabajadores respecto su empleador. Desde esta Fundación han planteado la campaña"Tu trabajo vale" para instalar el debate sobre que calidad de empleo queremos en Chile.  


Esta semana la Cámara de Diputados rechazó esta semana el monto de 193.000 para el sueldo mínimo. ¿Por que el gobierno insiste en esta cifra?¿Es suficiente para cubrir las necesidades básicas de una persona?


Según los estudios que hemos hecho en Chile tenemos un mini salario mínimo y con la propuesta que ha hecho el gobierno seguimos en esta misma senda. Es decir, si utilizamos una metodología en base a ciertos estudios que han hechos la OIT y la Unión Europea: calculando el porcentaje del PIB que representa el sueldo mínimo, vemos que hay un rango adecuado para un salario mínimo que va  de entre el 30 y el 60% del PIB. Chile se encuentra por debajo de eso, tenemos un 29%. Comparado con otros países estamos bajos. Además en términos de costo de la vida, es decir, de cuánto se necesita para vivir estamos absolutamente alejados de lo que se necesita. 

Si utilizamos como referencia la línea de la pobreza familiar en base a las canastas de bienes vemos que con 193.000 pesos se cubre solo un 66% de esta línea de la pobreza, que debería ser revisada para tener un cálculo serio sobre la pobreza y el trabajo. Hoy, una persona que gana este sueldo mínimo y tiene una familia sigue siendo pobre. 193.000 pesos es todavía muy insuficiente y nos deja con la pregunta de ¿Cómo puede ser que en Chile, con el nivel de crecimiento que tenemos, sigan habiendo trabajadores pobres?

Los argumentos que ha esgrimido el Gobierno es que si aumenta el salario mínimo aumentará la cesantía o la crisis económica. ¿Qué hay de cierto en estas afirmación?


Según nuestros estudios no llegamos a ninguna evidencia unívoca que nos demuestre que un aumento en el salario mínimo genere desempleo o los efectos negativos que nos quieren señalar las autoridades año a año. Poner el acento solamente en las externalidades negativas es tratar de infundir terror más que ser responsables respecto a la marcha de la economía. Existe una deuda con los trabajadores que debe ser sanada y con esta propuesta técnica pretendemos hacernos cargo de eso. Planteamos primero un aumento escalonado del salario mínimo de aquí a siete años, del 2012 al 2018, para ir alcanzando la cobertura del 100% de una línea de la pobreza recalculada. También consideramos, en este período de tiempo, dar un apoyo especial a las micro y pequeñas empresas porque sabemos que un aumento importante podría afectarlas, permitiendo a la micro y pequeña empresa ser un actor esencial en la economía ya que ahora se encuentra en una posición muy desmejorada. 

Otro de los argumentos del Gobierno es que los subsidios que complementan este salario, por ejemplo al empleo de jóvenes o mujeres. ¿No sería más lógico incrementar el salario mínimo que complementarlo con subsidios?

Nos parece que no es la política adecuada. El sector de la empresa es quiene tienen que responsabilizarse por pagar buenos sueldos a los trabajadores. Se busca paliar esa responsabilidad a través de bonos por ejemplo por carga familiar, si los niños son buenos en el colegio, o si la madre los lleva a controles médicos. Esos bonos condicionados son bien complicados especialmente en una situación como Chile, donde los servicios básicos están totalmente privatizados, donde no hay acceso igualitario a servicios públicos de calidad. No es la señal que se debería dar. A través de este apoyo totalmente individualizado en la persona el Estado no se hace cargo de otro tipo de decisiones que debería estar tomando.  En este sentido, lo nocivo puede ser que termine subsidiando a empresas grandes que tienen todas las capacidades de pago y que finalmente se escudan en que finalmente están dando empleo. 

¿Qué ocurre si finalmente no se llega a acuerdo en estos días?¿Es una de las armas de negociación que ha utilizado el gobierno?

Lo que nos parece preocupante es que muchos estén discutiendo ahora respecto el problema que significa estar año tras año discutiendo el tema del salario mínimo, que se politice y que se utilice de manera populista. Por eso mismo, ahora pretenden crear una nueva institucionalidad ligada  a criterios técnicos y económicos. Esta política pública debería ser una materia de relevancia nacional y, por lo tanto, de debate público. Si el gobierno tiene estudios sobre el efecto sobre el desempleo que los ponga sobre la mesa. Que cada uno de los actores relevantes sea Estado, trabajadores, empleadores de grandes y pequeñas empresas, cada uno con argumentos técnicos, den un debate de mayor nivel con los actores sociales. Lo que deberíamos tener es una negociación colectiva con mayor equilibrio entre las partes. 


¿El modo el que se ha llevado la discusión del sueldo mínimo es un síntoma de la falta de negociación colectiva y la baja sindicalización?

 
Justamente. Es sintomático en dos sentidos. Por una parte, nos parece que cobra relevancia el tema del salario mínimo porque significa una protección hacia el trabajador que de otro modo no tendrían. La razón es que existen pocas organizaciones sindicales, hay una baja sindicalización para la negociación colectiva. 

Por otra parte, esa misma falta de negociación colectiva y de derechos para el trabajador en general, sindicalización, huelga, etc. nos tiene con un nivel de salarios muy bajos. La discusión que tiene lugar ahora, a nivel centralizado, también debería llevarse a un nivel mucho más de sectores económicos, de empresas grandes, donde los trabajadores deberían tener mayor capacidad para negociar montos que fueran realmente en consonancia con las ganancias de las empresas. Ahora vemos unos cuantos casos como el call-center de Konecta, el caso del sindicato de Terpel que está en huelga, el sindicato de Maxhuber, etc. Lamentablemente, se ven con cero capacidad de presión en la huelga porque, por ejemplo, el empleador los remplaza y por lo tanto genera una situación muy desmejorada para discutir una mejora en sus salarios y en sus condiciones de trabajo.

Este es un tema deberíamos discutirlo también con mayor relevancia a nivel nacional. Es una gran deuda que existe hoy en día para el mundo del trabajo.