El 2004, tras un pololeo de aproximadamente de 6 meses entre un marino que hoy tiene 32 años y una universitaria, hoy dueña de casa de 30 años, la relación sentimental termina.

Sin embargo, como fruto de sus últimos encuentros amorosos, la joven mujer queda embarazada. Nace el hijo común el 2005. A principios de febrero de 2007, la pareja decide casarse y tan pronto ello ocurre, la mujer se transforma en la versión moderna y femenina del afamado Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Asume un rol prepotente, avasallador, agresiva, lo que da comienzo a los problemas matrimoniales, principalmente por la insistencia de ella de que su marido le entregara la totalidad de su sueldo para administrarlo. La razón de la mujer era que ella era su esposa y le correspondía administrarlo.

Tal exigencia, que hizo insistente y amenazadoramente, agudizó los problemas a tal punto en que el marido resuelve separarse al cabo de un mes de casado.

Desde aquel entonces, 5 litigios han transformado la relación de la ex pareja en muy tensa, estresante y distante. Todas las causas judiciales han sido por la pensión de alimentos del menor, pensión de alimentos para la esposa y la relación directa y regular del padre.

A su vez, la esposa, pese a que duraron apenas un mes casados, reiteradamente se ha opuesto al divorcio. Cabe destacar que el marido encontró una buena persona y compañera desde el 2008 en adelante, situación que desquició a la esposa, manifestándolo públicamente en un mall y en la calle, con escándalos, gritos y malos tratos hacia la pareja de convivientes, cada vez que se los encontraba.

La esposa, aparentemente por celos y comodidad, porque no quiere trabajar de pura floja que es, desea vivir a expensas del marido que tuvo por un mes. Por ello no acepta divorciarse  consensuadamente y menos unilateralmente. Lamentablemente para el marido, fue tremendamente mal asesorado por una abogada amiga de él ya que presentó demanda de divorcio unilateral en fecha previa a los 3 años de cese de convivencia, razón esgrimida por la parte demandada para oponerse al divorcio.

En un segundo intento, ya cumplidos los tres años de cese de convivencia efectivo, la misma abogada presentó una vez más la demanda de divorcio e increíblemente se le rechaza por segunda vez dado que entabla la acción judicial por el mismo supuesto material, esto es, usando como fundamento de hecho el mismo periodo de cese de convivencia alegado anteriormente lo que permitía concluir que los hechos sometidos a consideración del tribunal ya habían sido conocidos, juzgados y en definitiva rechazados por el tribunal, oponiendo la excepción de la cosa juzgada en los términos que prevé el artículo 177 del Código de Procedimiento Civil.

Tras estos dos intentos fallidos, el marido por tercera vez intenta divorciarse, esta vez con abogada de Separadosdechile.cl. Su intención es poner término al matrimonio de tan sólo un mes. En pocos días se realizará la audiencia. No tengo la menor duda que esta vez sí logrará su propósito.

Parece increíble que una persona pueda cambiar tanto con el matrimonio y que al separarse , siendo joven , con estudios universitarios, quiera vivir a expensas del marido, que ya no lo es en la práctica. Tanta flojera y falta de dignidad es abismante.

Esta historia moderna de la Dra. Jekyll y Mrs. Hyde, se repite en muchos otros casos. Desafortunadamente, demasiados para mi gusto.