La importancia de recordar: Dos años

La importancia de recordar: Dos años

09 Noviembre 2020

Te cuento que viviste un mes en el edificio de la ex plaza Italia que después del 18 octubre del año pasado, se ha convertido en trinchera, donde unos han disparado y otros y otras han recibido. Hoy desde el sur, recuerdo… hoy desde el sur, frente al lago, mirando el volcán… siento.

Eric Kleinsteub... >
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Dos años atrás, estábamos viviendo en la ex plaza Italia, esperando tu llegada. Hoy recuerdo el sonido ensordecedor 24/7 de las micros que doblaban bajo nuestro departamento para conectar el centro de la ciudad con las comunas más alejadas (de servicios y derechos).

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Recuerdo el desayuno en la garganta, mientras corría para alcanzar a cruzar antes que cambiara el semáforo. Recuerdo mi pega en el histórico Ministerio de Obras Públicas, donde por tres años experimenté qué es ser un funcionario público. Cuando ya me estaba poniendo gris, supe de ti.

Cómo no recordar cientos de marchas pacíficas frente a La Moneda de todas las demandas sociales imaginables. Cómo no recordar entre ellas la marcha en contra de las personas transgénero, donde la vocera era madre de una niña trans. Cómo no recordar, los eventos de carabineros frente al Palacio de Estado, donde cantaba una funcionara de verde imitando a Mon Laferte, quién se lo imaginaría hoy. Cómo no recordar a mis colegas que deseaban unas vacaciones para salir de los sucuchos donde estaban las oficinas, para ir con su familia, aunque sea una semana al año a un lugar mágico del sur, como de donde yo venía.

Mientras mi metamorfosis comenzaba cual libro de Kafka, supe de ti. Cómo no recordar cuando unos colegas presentaron mi modelo de gestión a un concurso de excelencia, momento justo, en el cual me avisan que la nueva jefa me quiere despedir, con el sólido argumento, de  que vengo de la administración del gobierno anterior. Cómo no recordar las poleras amarillas de NO+AFP, gritando en silencio a los corazones sordos de palacio. Cómo no recordar, la vista de mi oficina hacia el patio Los Naranjos (algunos naranjos plásticos y amarrados con alambre para impresionar).

Cómo no recordar el bullicio eterno, el movimiento incesante, y la bandera blanca, azul y roja, gigante flameando entre el smog. Cómo no recordar el maltrato psicológico de la nueva jefa, ya que, no me pudo echar. Mientras escribo esto, te acercas en silencio, me miras y rápidamente aprietas los botones del teclado, donde tu manito aventurera, intrusa y pequeña escribe gdsgwie{hewinpo{qe9u9u4 yo imagino que dice TE AMO, PAPÁ. 

Hoy, hija, te cuento que viviste un mes en el edificio de la ex plaza Italia que después del 18 octubre del año pasado, se ha convertido en trinchera, donde unos han disparado y otros y otras han recibido; donde tú vivías, papá antes de ser papá junto a tu mamá antes de ser tu mamá, fueron gigantes entre miles. Hoy desde el sur, recuerdo… hoy desde el sur, frente al lago, mirando el volcán… siento. 

Al lado tuyo, a unas horas que cumplas dos años, tengo fe en ti y en un mundo mejor, donde las mujeres sean respetadas, donde nadie les levante la mano. Donde esa funcionaria siga cantando más fuerte que nunca a Mon Laferte. Hoy en este nuevo y apocalíptico momento, aunque nos cubran las mascarillas, sé que sonríes con los ojos, hoy por ti y por esa trinchera que fue tu hogar.

Feliz cumpleaños, Pascale.

Imagen: Huawei / Agencia Uno

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