Presidenta Fech: “Continúa la visión de mercado al hablar de competitividad entre universidades”

Presidenta Fech: “Continúa la visión de mercado al hablar de competitividad entre universidades”

20 Abril 2014

Melissa Sepúlveda entregó luces sobre los pasos a seguir por parte del movimiento y los puntos clave que distancian a las organizaciones de la agenda impuesta por el ministro Nicolás Eyzaguirre.

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Melissa Sepúlveda, presidenta de la FECH, apunta a la multesectorialidad como el gran reto de los estudiantes para consolidar la demanda por educación pública en este gobierno, llevando el petitorio a la reforma anunciada por el ministro Eyzaguirre. En esa línea, la dirigente destaca los primeros lineamientos entregados por el secretario de Gobierno, pero advierte que es aún el primer paso en la discusión.

¿Cuál es tu evaluación del inicio de la gestión de este gobierno en educación?
- Como estudiantes, en este momento nos interesa convocar al resto de los actores sociales a sumarse, a decir que esta lucha continúa y que hoy día más que nunca requerimos niveles de unidad no solamente en las marchas, sino que una unidad programática donde podemos converger ideas, ver cuáles son las demandas que tenemos en común y darle una continuidad a esto.

Lamentablemente el Gobierno ha querido hacerlo de forma parcelada, viendo algunos proyectos de ley que enviarían antes del 21 de mayo, pero para nosotros es fundamental tener una agenda propia donde podamos ser propositivos. Nosotros tenemos una alternativa para acabar con este modelo de segregación, donde no hay propuesta sobre la estandarización a través de la PSU, del SIMCE, de las pruebas PISA, para nosotros tener otras alternativas de evaluación.

¿Se vieron sorprendidos por la agenda que puso sobre la mesa el ministro Eyzaguirre?
No, yo creo que logramos cumplir algunos objetivos, poder escuchar y aclarar de primera fuente lo que se venía diciendo a través de la prensa. Hubo algunos planteamientos nuevos, pero tuvimos que insistir bastante para sacar algunas definiciones más claras, como el fin al AFI y al CAE. De todas maneras, aquí continúa una visión de mercado cuando se habla de fomentar la competitividad entre las universidades, entre los establecimientos escolares, nos parece preocupante que continúe esta visión de una educación mercantilizada que no se agota solamente en el tema del lucro. Ese es un exceso absurdo, aberrante del modelo educativo, pero la mercantilización puede continuar con una lógica de competencia, de selección a través de mecanismos que no son formales. El nivel de desigualdad que tiene nuestro país es algo que hay que reconocer dentro del sistema educativo y tenemos que apuntar medidas para corregirlo.

Los actores principales de esta reforma no son el Gobierno, este es un resultado de años de movilización, de un 2011 de tremendas protestas, de represión, de la muerte de un compañero, Manuel Gutiérrez. Que el debate educacional esté sobre la mesa y sea prioridad es resultado de la propia movilización del pueblo chileno. Ahora esperamos ir concretando, amarrando ciertas cosas e ir proyectando esta lucha que sabemos no se va a acabar este año.

La población se ha ido enterando poco a poco del proyecto del Gobierno en voz de los actores sociales, no del ministro. ¿Qué les parece que tengan que ser ustedes los que informan sobre las características de esta reforma?
A nosotros no nos preocupa poder ser transparentes en este diálogo. Justamente cuando exigimos un acta pública es porque queríamos que todo lo que se dijera no solamente lo conocieran los estudiantes, sino que la gran mayoría del país que tiene altas expectativas de esta reforma. El ministro tiene que pronunciarse, y lamentablemente hemos tenido que ser nosotros los que entreguemos algunas señales al resto del país para saber cómo se va a orientar esta reforma, que ya hemos dicho es insuficiente, que no concuerda con el espíritu y con la concepción de la educación como un derecho social.

Esto no se ha traducido de manera concreta en propuestas, en un diseño de implementación de una reforma que aún no sabemos si se va a realizar o no. Estamos en esta situación de incertidumbre donde queremos que la gran mayoría del país conozca qué es lo que se está hablando, cuál es el debate y que ellos puedan ser actores participes que incidan directamente en las transformaciones que se realicen en este país.

Han mostrado voluntad de diálogo. ¿Falta que esté acompañada de mayor movilización?
Hemos tratado de dar un proceso lo más responsable posible, con decisiones democráticas tomadas en nuestras asambleas, esperar los tiempos que tenemos los estudiantes para que esto no sea armar un castillo entre dirigentes y que eso no tenga ninguna repercusión en nuestros compañeros, en los trabajadores de la educación, en los funcionarios, académicos, estamos buscando esos lazos.

Hemos hablado durante mucho tiempo de la unidad con el resto de los actores, de multisectorialidad, pero este es un año de concretar esos encuentros y en base a propuestas claras que podamos defender entre todos, y que se van a contraponer a un modelo que se viene consolidando desde hace años.

Una de las cuestiones que planteamos en la reunión es que aquí se requiere asumir responsabilidad por algo que no es casual, es algo que se impulsó por gobiernos anteriores. Esto no es algo que solamente se hizo en Dictadura, sino que ha habido una serie de reformas de los 90’s en adelante en que se ha consolidado este sistema neoliberal. Esto no es casual, tiene que haber un sentido de responsabilidad de qué hacer con esos estudiantes que hoy están en estas universidades, en estos centros de formación técnica, que sabemos no entrega ningún tipo de calidad, que no cumplen hoy una legislación tan básica como es la prohibición de lucro. Aquí se requiere que el Estado tome responsabilidad frente a este problema que ha generado cuando permitió que se abrieran todas estas universidades. Efectivamente, se expandió la matrícula de manera exponencial en los años 90 con una política de permisividad, sin ningún tipo de regulación y que hoy día nos tiene en esta situación.

¿Tienen la fuerza para mostrar igual o similar masividad a la que mostró el movimiento en 2011?
Nosotros esperamos que sí. Esperamos que la movilización sea masiva y hacemos el llamado no solamente a los estudiantes, sino a los trabajadores de la educación, a los profesores, a los funcionarios de las universidades. Hacemos el llamado a los trabajadores del país porque esta no es una demanda sólo de los estudiantes, esta es una demanda del país que tiene derecho a tener buenos profesionales, a que se hagan las cosas bien, que hayan criterios mínimos para educarse y que la investigación que se realiza en las universidades, todo el contenido de la educación chilena, sea útil para nuestro país. Eso es lo que hoy está en juego y esperamos poder establecer esta unidad con todos los actores sociales.

¿Se acaba el diálogo con la movilización? ¿Van a esperar los proyectos en la calle?
Eso es algo que tiene que ser definido en conjunto con todos los actores. Hemos sido bastante insistentes, por eso que buscamos establecer esta unidad con los secundarios, con los trabajadores. Han venido un sinnúmero de organizaciones a exponer a la Confech con los cuales nos hemos reunido como mesa ejecutiva, porque eso es lo que nos interesa por sobre todo en este momento, concretar una unidad de los actores, que nos permita actuar como bloque, que podamos pelear esta reforma en conjunto y también mantener la autonomía estudiantil, que ha sido un factor clave en todos estos años de movilización.

Nos hemos ganado este espacio en la calle, un espacio que lamentablemente la institucionalidad chilena no tiene. Aquí se pone en cuestionamiento no solo el modelo de educación, sino también el modelo de democracia y participación que tiene este país. Por lo mismo nosotros vamos a cuidar este espacio que nos hemos ganado a fuerza, a movilización, a protesta y también con muchísima represión. Ese tema lo quisimos relevar porque estamos a puertas de una movilización y esperamos que haya un giro radical en cómo se ha criminalizado la protesta social en sus diferentes aspectos, tanto en el movimiento estudiantil, como en la recuperación del territorio mapuche, en la situación de los estudiantes de universidades privadas hoy expulsados o que no pueden organizarse. Esperamos que exista un trato distinto que sea coherente con esta voluntad de diálogo que manifiesta el ministerio.