Desde hace tiempo que he podido conocer a distintas personas, amigos, que compartimos la inquietud, la incomodidad respecto de ciertas decisiones estatales que en múltiples oportunidades terminan por sofocar y perjudicar a pueblos, comunidades y ciudades en distintos lugares del país otorgándoles un valor secundario en lo que respecta al desarrollo y tradición de sus regiones, ciudades, territorios o comunas.

Ha sido vertiginoso desde el primer momento hacerse parte de intereses globales y, al mismo tiempo, informarse, conocer las realidades, la historia y los desastres existentes.En lo personal, he querido entender todo tipo de información y tratar de comprender como se viven los diferentes conflictos ambientales del país. He tenido la posibilidad de poder conocer personas gigantes en lo que encierra su espíritu y sabiduría. En lo andado puedo decir con certeza que todos los conflictos, por muy locales y lejanos que sean, son uno y el mismo.

El fondo es lo que nos convoca, lo que nos inquieta, lo que nos asusta y violenta.Los abusos son innumerables y aunque suena gastado, como a cliché, el modelo imperante aplica una brutal inclemencia con el patrimonio natural nacional y el estado se dibuja como una aduana de proyectos multinacionales de inversión, sorprendiendo la escasa pro actividad en la decisión política pudiendo el gobierno de turno ser un referente que defina las líneas de inversión lo que, sin duda, contribuiría a que Chile diera un salto cualitativo desafiando la mentada matriz energética imperante dando señales potentes de lo que un país desarrollado debiera ser. ¿Por qué será que no existe la voluntad para hacerlo? En los últimos meses me he reunido en distintos lugares con amigos que saben mucho más que yo existiendo coincidencia en muchos temas. Uno importante era desatomizar los conflictos y exponer que, más allá de las causas propias, era coherente poder conectarse, comunicarse, fortalecer una red que reflejara que el país se encuentra en un punto crítico, de inflexión y que la retroalimentación positiva que a través de esta conexión surgiera sería de suma importancia para que la ciudadanía pudiera informarse y conocer de temas, quizás mas técnicos, potenciando los movimientos locales o conflictos particulares.

El desafío era y es mayor. De esas reuniones, seminarios y múltiples contactos aglutinados surge en septiembre de 2009 la Coordinadora por la Defensa del Agua y la Vida movimiento nacional que agrupa a ciudadanos que se ven afectados por la escasez o contaminación del elemento básico para nuestra vida, el agua. Nace y se proyecta precisamente para potenciarnos y considerar el agua como un derecho humano y como un bien nacional de uso público. Plantea la necesidad de renacionalizar el agua y recuperar los derechos de agua regalados en dictadura y que hoy se encuentran en manos extranjeras. La tarea es titánica, extensa, pero la Coordinadora por la Defensa del Agua y la Vida existe. Su existencia, ya es una victoria.

En los últimos meses también ha surgido de forma natural, desde y hacia la ciudadanía, un nuevo referente nacional que involucra los distintos conflictos ambientales existentes en el país reuniendo representantes de los conflictos más emblemáticos de Chile: Pascua Lama, Castilla, Campiche, Los Robles, Alto Maipo, Corrientes, Achibueno, Isla Riesco, Putú, Hidroaysen, etc.La ciudadanía despierta, se levanta, se moviliza y converge dando origen a AMA Chile (Acción Medio Ambiental de Chile) movimiento ciudadano nacional que comienza a trabajar, a gestarse, convocando a todos aquellos que sentimos que se persiguen metas a nivel país, de gobierno, de estado, sin considerar a la ciudadanía. AMA Chile nace por una necesidad, por una urgencia en que la ciudadanía tiene el deber, y derecho, de ser y hacerse parte en los proyectos o decisiones que tienen directa incidencia en las comunidades. Actualmente en proceso de conformación de su orgánica y fundamentos AMA Chile sigue convocando a que nuevas agrupaciones y ONGs se adhieran a este enorme y hermoso desafío de proyecto ciudadano.

Esto es notable porque una suma de voluntades ven la urgencia de organizarse y más allá de las luchas individuales ven que el problema de fondo trasciende, es transversal, absolutamente contingente y necesario.En los últimos días se han sucedido manifestaciones ciudadanas lo que demuestra que existe una ciudanía cansada, tensa, que no se ve reflejada en la toma de decisiones. Es un movimiento social potente que busca solo un propósito: que nuestra democracia evolucione y persiga el interés de todos, no tan solo el de unos pocos.