Talca concentra al 55% de los extranjeros en la región del Maule

09 Diciembre 2017

Otro 30% se concentra en la zona de Curicó, la mayor parte de ellos provienen de Haití y Venezuela. Expertos advierten sobre las dificultades laborales y culturales que tienen para integrarse.

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Poco a poco, los maulinos se han ido acostumbrando a compartir espacios con extranjeros que han llegado a estas tierras atraídos por la esperanza de encontrar una mejor vida y también a aportar a la sociedad.

“Nos vienen a quitar los trabajos”, comentó airada una vendedora de frutas en Talca, respecto a los inmigrantes, dando cuenta de los prejuicios aún existentes en localidades no acostumbradas a recibir demasiados extranjeros.

Escenario que ha cambiado en el último tiempo. Y es que, según cifras de la secretaría regional ministerial del trabajo, el 55% de los migrantes en la región del Maule se encuentran en Talca, mientras que el 30% se encuentra en Curicó. Hasta hace poco más de un año, los colombianos eran el mayor número de inmigrantes, pero ahora son los haitianos –que por lo general vienen a ejercer como operarios u obreros-, seguidos de venezolanos, la mayoría de ellos profesionales.

Las ciudades maulinas, alejadas de puertos y aeropuertos, compartían con miembros de algunas colonias extranjeras, principalmente de España y países del Medio Oriente. Por años las únicas personas de raza negra que se paseaban por la Uno Sur eran jugadores de básquetbol del Club Español, procedentes de Estados Unidos.

Los nuevos migrantes que se instalan en la Región del Maule lo hacen atraídos por la oportunidad de vivir en condiciones de seguridad y la posibilidad de encontrar trabajo.

Abelen Abrizo y Luc Jude Julien son haitianos y desde hace unos meses trabajan en una panadería. Ambos descartan haber sido discriminados y aseguran que tienen contrato, pero se quejan de ganar poco. Lo mismo Osselito Asse, quien afirman que lo han tratado bien, consiguió trabajo en una mueblería, pero “quiero que mi esposa empiece a trabajar en algo porque no me alcanza la plata para pagar arriendo, comida y los otros gastos de la casa”. Como en muchos otros casos, el mayor impedimento es el idioma y la discriminación que sufren por parte de algunas personas.

Desde el punto de la igualdad ante la Ley, la doctora en Derecho y académica de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Talca, Fabiola Vergara, dijo que está asegurada por la Constitución Política de la República, que prohíbe también las discriminaciones arbitrarias, es decir, carentes de justificación, y lo mismo consagra el Código del Trabajo.

“Sin embargo, los trabajadores extranjeros, en el hecho, sí son discriminados, cuestión que se evidencia tras el análisis de los datos estadísticos. Estos informan que hay un sector importante de extranjeros que trabajan en el mercado irregular, sin contrato y sin acceso, consecuencialmente, a las prestaciones sociales y protección de sus derechos”, analizó.

A juicio de la abogada esta es una cuestión que en parte importante obedece a que la legislación de extranjería “establece serias cortapisas al ingreso y obtención de la visa respectiva”.

Asimismo, planteó que al mantenimiento de la situación de discriminación de los trabajadores extranjeros, contribuyen estereotipos y prejuicios sociales arraigados en la población nacional y conforme a los cuales estos trabajadores “son destinados preferentemente -con independencia de su nivel educacional- a los sectores de la producción menos calificados e incluso, más riesgosos.

La académica recalcó que el cambio debiera hacerse no sólo a nivel legal, sino que también cultural, para desarrollar un clima de inclusión e integración con la población migrante.