Talca: Salud Municipal previene contra Virus Hanta

Una novedosa actividad educativa acerca de los riesgos que implica para las personas el contacto con el roedor silvestre, transmisor del hanta virus, realizó el equipo de salud del Cesfam Las Américas.Este es un mecanismo de participación ciudadana tendiente a que los usuarios del sistema se encuentren debidamente informados del diagnóstico y manejo del síndrome cardiopulmonar por hanta virus.La Enfermera-Coordinadora de SAPU María José Bravo, encargada de la Unidad de Epidemiología del Centro de Salud Familiar Las Américas, acompañada por un grupo de internos, confeccionó dibujos ilustrativos sobre esta enfermedad.

Se repartió folletería con consejos prácticos para que la comunidad adopte las medidas preventivas cuando van a salir a acampar, para pasar su período de descanso.

Evolución 

Esta enfermedad surge a mediados de los ´90, evolucionando como un problema emergente de salud pública.Su reservorio natural es el ratón de cola larga, cuya distribución geográfica en Chile se sitúa desde el extremo sur de la Región de Atacama hasta Magallanes.Se transmite al hombre a través de la inhalación de aerosoles provenientes de las heces, orina y salida de los roedores portadores, como también por las mucosas mediante el contacto de manos contaminadas con el virus, contacto mínimo o estrecho con un paciente.Son acciones de riesgo, la manipulación de leña, internarse en los bosques, observar roedores e ingresar a recintos cerrados.

El hanta virus se caracteriza por fiebre y malgias, molestias gastrointestinales, insuficiencia respiratoria e inestabilidad hemodinámica, que en algunos casos puede evolucionar hacia un edema pulmonar agudo, con shock y muerte.La identificación temprana de un caso de hanta virus permite aumentar las posibilidades de supervivencia cuando el paciente es sometido a medidas de apoyo.

Recomendaciones 

En la acción educativa a los usuarios del Cesfam Las Américas, se recomienda cuando se va a salir de camping, elegir lugares limpios y libres de matorrales y pastizales; guardar alimentos en envases resistentes y cerrados; mantener la basura en recipientes cerrados; caminar sólo por senderos habilitados; evitar recoger frutos silvestres; ventilar por treinta minutos los lugares que han estado cerrados por mucho tiempo; desratizar y sellar vivienda y bodegas.

Si se va a una cabaña, ventilarla unos 30 minutos y rociar con cloro.